Los contrabandistas acaparan ya el 22% del mercado nacional de licores, cifra muy superior al 8% que, en promedio, se registra en países vecinos, reveló un estudio.
El análisis fue realizado por la empresa Euromonitor International, a solicitud de la Asociación de Productores e Importadores de Bebidas Alcohólicas de Costa Rica (Apibaco).
Gisela Sánchez, vicepresidenta de esta asociación, explicó que las empresas se unieron para contratar este estudio en vista de las sospechas de un fuerte incremento del contrabando.
Los resultados indican que Costa Rica es, por mucho, el país de la región con más participación de licores clandestinos en su mercado, y que está entre los cinco primeros de Latinoamérica.
Según Sánchez, en ningún país hay cero participación de este tipo de práctica, pero lo normal es que esté entre el 3% y el 4%.
Por esa razón, el 22% en Costa Rica, dijo, se sale de las proporciones. No se puede comparar con años anteriores porque es la primera vez que se hace.
Euromonitor aplicó la metodología de medir el consumo total, restar el volumen aportado por empresas legales y definir el residual. Además, hizo entrevistas de campo con todos los actores de la cadena, desde el suministro del alcohol hasta fabricantes e importadores de las bebidas.
Portillo en ley. Apibaco estima que esta práctica ilegal se incentiva en dos aspectos centrales. Uno de ellos es la Ley de Fortalecimiento de la Gestión Tributaria, de setiembre del 2012, donde el monto mínimo incautado para el trámite penal del decomiso se subió de $5.000 a $50.000.
El otro es la diferencia en la carga tributaria de los licores entre Costa Rica y Panamá. Sánchez explicó que aquí es de $70,95 por cada hectolitro, mientras que en Panamá es de $24,27. Esto estimula el trasiego entre los dos países.
Luis Alonso Bonilla, director de la Policía de Control Fiscal (PCF), reconoció que el contrabando es un problema difícil y que afecta las ventas de las empresas establecidas, pero dudó que el cambio legal lo haya incrementado.
La idea, dijo, es que los tribunales no se saturen de casos sin importancia y solo se concentren en los realmente importantes.
Las cifras de decomisos de la PCF también reflejan un problema creciente. Entre el 2010 y el 2013 (sin terminar el año) el contrabando capturado pasó de 15.573 litros de bebidas alcohólicas a 238.915 litros, 15,3 veces más.
Aparte del cambio en la ley, los productores y distribuidores pidieron con urgencia un plan conjunto entre ellos y el Gobierno para controlar la porosidad de la frontera con Panamá.
Bonilla agregó que se debe educar a la población en el sentido de que el producto de contrabando daña al fisco y a la salud.