El proyecto 19.477, al que alude Estados Unidos, excluye de la moratoria los organismos genéticamente modificados (GM), destinados a la investigación en espacios confinados.
También elimina los GM de uso farmacéutico y veterinario, los cuales se rigen por tratados internacionales y normativa específica, y los GM y sus derivados importados para alimentación humana o animal, o su procesamiento.
Pero declara una moratoria de 15 años para la liberación al ambiente de los GM.
Eso afectará todos los organismos de ese tipo obtenidos o producidos mediante la aplicación de las técnicas de la biotecnología moderna, que se utilicen con fines agrícolas, pecuarios, acuícolas, forestales, industriales, comerciales, de biorremediación y cualquier otro.
Según el artículo 2, el fin es “prevenir los posibles riesgos que estas actividades pudieran ocasionar a la salud humana o al medio ambiente y a la diversidad biológica o a la sanidad animal, vegetal y acuícola”.
Además, se pretende que, en ese lapso, el país realice ajustes a los mecanismos de control, entre ellos, a la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad.
Esos ajustes, que también considera necesarios, son los que le llevaron a apoyar la moratoria, aseguró el ministro de Agricultura y Ganadería, Luis Felipe Arauz. Estimó relevante reforzar los criterios técnicos que tiene la comisión para aprobar el cultivo de transgénicos.
Pero el jerarca agropecuario cree que eso se puede hacer en unos tres o cuatro años.