Comentario

Los inversores neoyorquinos no encontraron en esta jornada estímulos suficientes para poder dar continuidad al rali que acumula desde el comienzo del año, menos de tres meses en los que el Dow Jones se ha revalorizado un contundente 7,8 %; el S & P 500, el 11,76 % y el Nasdaq, el 18 %.

Al contrario, aprovecharon un dato macroeconómico algo peor de lo previsto sobre el sector de la construcción en Estados Unidos y el persistente miedo a un “aterrizaje brusco”, en lugar de “suave”, de la economía china para recoger parte de los beneficios acumulados en estos meses.

En esta ocasión, las preocupaciones sobre China se centraron en la decisión de las autoridades del gigante asiático de realizar fuertes subidas de los precios de la gasolina y el diésel, del 6,4% y 7%, respectivamente, con el propósito de ajustarlos al alza del crudo en el mercado internacional.

El miedo al impacto que puede tener esa nueva subida del precio de los carburantes sobre los consumidores chinos y el sector automovilístico en general también tuvo su impacto sobre la cotización de los gigantes del motor estadounidense, Ford y General Motors, que bajaron el 3,96% y el 1,18%, respectivamente.

Igualmente, presionó a la baja a las bolsas europeas.