En Costa Rica uno de cada 10 hogares enfrentan dificultades de acceso al empleo decente, a la educación pública y a la seguridad social, sin embargo, la dimensión del problema se agrava si se toma en cuenta a todo el vecindario.
En el caso de Centroamérica y Panamá, dicho número se eleva a 40 de cada 100 hogares, lo cual implica que cerca de 17 millones de personas en el Istmo, subsisten en condiciones paupérrimas, según reveló ayer el IV
Dicho reporte, que es un estudio detallado del desarrollo humano en la región, incluye otra gran cantidad de hallazgos.
Uno de ellos es que la economía de El Salvador fue la más afectada con la crisis económica del 2008 y 2009; la mayor contracción en la recaudación de impuestos tras la crisis se registró en Costa Rica y Honduras, la mayor migración intrarregional se concentra entre Nicaragua y Costa Rica, y Centroamérica es la segunda región del continente americano con más fuga de cerebros, entre otros.
No obstante, hay avances positivos en salud, educación y acceso a servicios.
Dicha exclusión también tiene la característica de que no se ha reducido a lo largo de la década.
El problema es mayor en los países del norte –Honduras, El Salvador y Guatemala– y aqueja más en las zonas rurales.
Estos países son también los que presentan mayores problemas de violencia, aunque este flagelo ha golpeado a todo el Istmo.
En los últimos tres años, la región se convirtió en el territorio más violento de Latinoamérica, y “por causas distintas a un conflicto bélico, en una de las zonas más peligrosas del planeta”, dice el texto del informe.
En el 2009 y 2010 la tasa regional de homicidios por cada 100.000 habitantes se situó sobre 40. Según la Organización Panamericana de la Salud, cuando el indicador supera 10 se cataloga como epidemia.
En el caso de Costa Rica esta tasa de homicidio es de 11 por cada 100.000 habitantes, explicó la investigadora, Evelyn Villarreal.
Para lograr la inclusión social, señala el informe, se requieren políticas laborales y sociales, acuerdos nacionales y mejorar la recaudación fiscal para sostener un programa antiexclusión.
Alberto Mora, coordinador del Estado de la Región, comentó que Centroamérica necesita unirse para combatir los problemas, como el de la violencia o el cambio climático, pues son dificultades que transcienden las fronteras de los países.