La compra de un tractor, la reparación de un calefactor, el mantenimiento de un automóvil o el salario de un entrenador de equitación figuran en los gastos investigados como sospechosos.
Las facturas estaban dirigidas a dos cuentas y no estaban en el registro contable de la OOC, precisó el patrón del organismo.
“Estoy realmente conmocionado y enfadado por lo que he tenido que constatar. Esto arroja una sombra sobre el Comité Olímpico Austríaco”, declaró Stoss, anunciando que tomará medidas judiciales por este asunto.
El dirigente precisó que “al menos dos personas” eran sospechosas, sin revelar sus nombres.
Según la prensa austríaca, el exsecretario general del OOC, Heinz Jungwirth, y su exadjunta Manuela Kovarik son sospechosos de haberse beneficiado de estas malversaciones.