Johannesburgo (AFP). Paraguay buscará vencer mañana a España en los cuartos de final de Sudáfrica-2010 con su tradicional garra, pero también con un arma salida de las entrañas de su cultura: el guaraní, una lengua indígena con la que suele confundir a los rivales de habla hispana.
Será la primera vez que la albirroja acuda a esta táctica en la actual Copa del Mundo, pues antes enfrentó a Italia, Eslovaquia, Nueva Zelanda y Japón, frente a los cuales bastaron sus argumentos futbolísticos.
"Eso es fundamental para nosotros, la forma de hablar en la cancha. Lo que se pueda realizar dentro del campo en nuestro idioma es clave para nosotros", dijo el defensa central Julio César Cáceres, acerca de si su equipo se comunicará en guaraní durante el choque con la 'Roja' en Johannesburgo.
"Es normal, es un lengua que nosotros utilizamos", añadió el zaguero del Atlético Mineiro de Brasil, aludiendo a que el guaraní es un idioma oficial en Paraguay junto con el español, y es hablado por el 90% de sus siete millones de habitantes.
Se estima que en total unos ocho millones de personas hablan esa lengua, sumadas algunas regiones vecinas de Argentina, Bolivia y Brasil.
Por lo demás el guaraní, herencia de las etnias que se asentaron en esa región entre fines del siglo XV y comienzos del XVI, fue el primer dialecto indígena que alcanzó el estatus de idioma oficial en el continente.
Por ello no será extraño escuchar al delantero Roque Santa Cruz o al defensa Paulo da Silva decir a sus compañeros ndyry (atacar), se (salir), mbota (golpear), hasa (pasar) o emo michi (achicar) para dejar locos al punta David Villa o al zaguero Carles Puyol.
Y ni qué decir de las jugadas a balón parado, que pueden resultar letales gracias a esta forma de comunicación, dificultando al rival por ejemplo descifrar un laboratorio o el palo al que irá un tiro libre.
De esto saben de sobra los clubes sudamericanos que enfrentan a los paraguayos en la Copa Libertadores de América o las propias selecciones en la Copa América, que la rojiblanca ganó en 1953 y 1979, derrotando en la final a Brasil y Chile, respectivamente.
"Durante los partidos hablamos en guaraní, nos ayuda bastante porque el adversario ni se imagina lo que decimos", comentó recientemente a la prensa paraguaya el experimentado defensa Denis Caniza, presente en Sudáfrica.
Este factor ha sido un desafío adicional para el atacante Lucas Barrios y los volantes Jonathan Santana y Néstor Ortigoza, argentinos nacionalizados paraguayos, que han debido aprender el idioma sobre la marcha y, mientras tanto, soportar las bromas de sus compañeros con palabras que no comprenden.
Pero los rojiblancos podrían recibir un poco de su propia medicina si la cuota catalana del conjunto ibérico decide aplicar la misma estrategia y ponerlos en órbita.
Además de Puyol, ese grupo lo conforman Gerard Piqué, Joan Capdevila, Xavi Hernández, Sergio Busquets y Cesc Fábregas, los primeros cinco titulares fijos, que bien podrían comunicarse en catalán.
De cualquier modo, unos y otros saltarán al césped del Ellis Park a una nueva cita con la historia, que apuestan a escribir con buen futbol, y ninguno ve en el horizonte los vocablos perdre o hundi, perder en catalán y guaraní.