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El serbio Novak Djokovic festeja a más no poder su pase a la final, luego de recuperarse tras los dos primeros sets perdidos y quebrar dos puntos para partido en el quinto y definitivo set ante el suizo Roger Federer. | AP (Charles Krupa)
Nueva York. EFE y redacción Rafael Nadal defenderá el título del Abierto de EE. UU. tras clasificarse para la final al derrotar al escocés Andy Murray, y al igual que el año anterior, peleará por el trofeo con el serbio Novak Djokovic, quien sacó adelante un partido casi imposible ante el suizo Roger Federer.
Nadal derrotó al escocés Andy Murray por 6-4, 6-2, 3-6 y 6-2, en 3 horas y 24 minutos de juego y por primera vez en el torneo se encontró con un set en su contra.
De nuevo Nadal fue un muro insalvable para un Murray que ha visto como este le ha cerrado la puerta de la final en los tres últimos Grand Slams del año.
El tenista español había anunciado en la previa del partido que para ganarle a Murray debía imponer sus mejores cualidades, “intensidad y ritmo”, y lo consiguió. Nadal cocinó a fuego lento un triunfo en el que enredó a Murray. El escocés entró en el juego que le impuso el campeón desde el fondo de la pista y ahí tenía todas las de perder.
Hazaña. Por su parte, el número uno del mundo, Novak Djokovic, vino de atrás y derrotó al suizo por 6-7 (7/9) , 4-6, 6-3, 6-2 y 7-5, después de salvar dos bolas de partido en contra, tras 3 horas y 51 minutos de juego.
Federer tuvo el partido en sus manos en dos ocasiones. Primero disfrutó de dos sets de ventaja y después de un 5-3 y 40-15 para cerrar el encuentro, no obstante, un irreductible Djokovic, que sin desplegar el arrollador juego de la primera mitad temporada, sigue inmerso en una dinámica ganadora.
El partido se presentaba apasionante entre dos adversarios que por quinto año consecutivo se veían las caras en la central de la Arthur Ashe y el duelo no defraudó. Hubo de todo.
El tremendo esfuerzo realizado por Federer en las tres primeras mangas comenzó a pasarle factura. Al de Basilea comenzaron a fallarle las fuerzas y sus errores no forzados se dispararon. Sin la frescura de piernas del comienzo, fue una fácil presa para un Djokovic que no desaprovechó para igualar.
Federer dispuso de dos bolas de partido pero le tembló el pulso y perdió su saque. Sobre la cabeza de Federer comenzó a merodear la semifinal perdida del año pasado y sus peores temores se confirmaron. Apareció el Djokovic arrollador y se apuntó cuatro juegos consecutivos para alcanzar la final de forma sorprendente.
La final será una reedición de la del año pasado, además, será la sexta vez que los dos luchan entre sí por un título este año.
