Limón. Cada vez que Nery se ubica en la línea de salida, sus pensamientos viajan hacia dos mujeres: Rosalyn y Maydela Cárdenas, su abuela materna y su madre.
Aunque Rosalyn falleció este año, y aunque su madre no lo puede acompañar cuando compite, ambas funcionan como el combustible con que Brenes corre.
“Número uno para Nery es la mamá, es el tesoro de él”, dijo Sasha Sanabria, novia del corredor.
De acuerdo con Ninfa Cárdenas, tía de Brenes, su hermana siempre apoya a Nery en todas las competencias que realiza, y siempre le impulsa a ser el mejor.
“Siento que el apoyo de la familia y la confianza en el hijo lo hace sentir esa seguridad en sí mismo, ella lo ha acompañado de cerca”, manifestó Ninfa.
La tía, quien trabaja como maestra de preescolar en la “Escuela de Niñas”, ubicada en el centro de Limón, apuntó que cuando Rosalyn estuvo viva aconsejó mucho al nieto.
“Siempre me acuerdo de que mami le decía que no deje que el aprendizaje se le suba a la cabeza, que uno siempre tiene que ser el mismo, y esa es una cosa que él ha tomado muy en cuenta”, añadió.
Otro bastión en el éxito de Brenes es su fuerte creencia en Dios, algo que le inculcaron ambas, y algo que él denota cuando corre.
“Él es un buen hijo y a su mamá la cuida mucho, me gustó que ahora, aunque sabía que Maydela estaba un poco enferma, él corrió y sacó pecho”, comentó Delroy Duncanson, padre de Brenes.
Mientras mostraba orgulloso la medalla de oro que su hijo consiguió este año en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, Duncanson señaló que la disciplina de su madre la tiene Nery.
“Desde antes de que se fuera a San José él entrenaba solo en Limón, se iba al barrio o la playa a correr, y con unas pesas de cemento, que él hizo, hacia ejercicio en el patio, sabe lo que cuesta y es muy disciplinado”, dijo el papá.