El bienestar familiar y su seguridad es el factor más importante a la hora de tomar la decisión de salir a jugar al fútbol extranjero.
Esto hace que la decisión tome mucho más peso, pues al final de cuentas el jugador es el que entrena en el club, pero la familia es la que debe adaptarse.
“Es importante tener un entorno con personas cercanas a la familia (amigos o comunidades latinas), ojalá que hayan centros comerciales, parques y supermercados cerca”, afirma Alejandro Sequeira.
Por ejemplo, Pablo Gabas, volante de Alajuelense, indicó que para no perjudicar a su familia dejó pasar varias ofertas.
Y es que difícilmente las esposas, madres o padres llegan a un destino y logran conseguir empleo de una vez. Además, en muchas ocasiones ir a otro país puede afectar los estudios de los hijos y la adaptación a otras escuelas se torna un tema sensible.
Andrea Apú , esposa de Michael Barrantes y quien se fue con el jugador a Noruega desde hace cuatro años, cuenta que tuvo que renunciar al trabajo antes de venirse. Pero ella tuvo la oportunidad de estudiar una maestría por Internet que le ayudó en su adaptación.
Apú ahora trabaja para la guardería en la que cuidan a su hijo Arjen, sobre todo con los niños pequeños para familiarizarse con el idioma noruego y afirma que aprovecha mucho el tiempo libre mientras su esposo trabaja.
“Cuando Michael entrena, voy al gimnasio, salgo mucho a caminar o a veces me encuentro con amigas y vamos a tomar un café.
“Pero cuando viaja a la selección a provecho para salir a conocer otros países y ciudades. También he hecho lindas amistades, esposas o novias de jugadores que han dejado el club y voy y las visito, o viceversa”, dice Apú desde Noruega.