Sergio Ramos, Jose Mourinho Real Madrid's Sergio Ramos, unseen, celebrates his goal with team mates and coach Jose Mourinho from Portugal, right, during a Spanish La Liga soccer match against FC Barcelona at the Santiago Bernabeu stadium in Madrid, Spain, Saturday, March 2, 2013. (AP Photo/Andres Kudacki) (Andres Kudacki)
La sonrisa que reinaba en los aficionados merengues desde el martes pasado se transformó en festejo desenfrenado luego que ayer le ganaron su segundo clásico en una semana al Barcelona, esta vez por 2 a 1 en el estadio Santiago Bernabeu.
Esta muestra de superioridad coyuntural se produjo en un partido de liga, en la que ya el Real Madrid aspira a poco mientras los culés se enfilan a ganar la corona.
Sí bien es cierto, el encuentro no fue una goleada, se puede catalogar como humillante por la forma en la que cayeron los catalanes.
Y eso porque el Madrid salió con un equipo alternativo, y con ese le bastó para hincar a un equipo que parece en decadencia.
José Mourinho se dio el lujo de dejar en el banquillo a Cristiano Ronaldo, Mesut Ozil y Xabi Alonso; mientras que Jordi Roura, técnico interino catalán, salió con todo.
El juego culé sigue siendo el mismo: balones que trazan todo el rectángulo de juego, pero la profundidad está quedando a deber.
Muy diferente a la historia que atraviesan los galácticos, que con un juego vertical y de contragolpe rápido, han encontrado la forma de domar a la fiera blaugrana.
La pizarra se inclinó muy temprano a favor de los locales, quienes encontraron en el francés Karim Benzema su primera anotación, apenas al minuto 6.
Poco le duró el festejo a los merengues, pues 12 minutos más tarde Lionel Messi igualó la pizarra.
Con este tanto, la Pulga no solo le dio vida a su equipo, sino que logró sumar un récord más en su exitosa carrera vestido de blaugrana.
Messi igualó a su compatriota y exlegendario jugador merengue Alfredo Di Stéfano; ahora ambos son los máximos anotadores en clásicos españoles con 18 dianas.
Pero su anotación no fue suficiente ante un Madrid que está enlazado a la victoria.
El encargado de hincar las ilusiones visitantes fue Sergio Ramos, quien al 82' anotó de cabeza tras un tiro de esquina.
Al mismo Ramos se le suma una polémica jugada que los catalanes pidieron airadamente como penal al cierre del juego.
El central blanco derribó en el área grande al brasileño Adriano en una dudosa acción que el árbitro no consideró como falta.
Tanta fue la desesperación de los jugadores del Barça, que los reclamos no se hicieron esperar, y como resultado de esto vino la expulsión del portero Víctor Valdés.
El meta se ganó la primer amarilla en el momento de la jugada, y al finalizar el encuentro ofendió al árbitro, por lo que el colegiado no dudó en mostrarle la cartulina roja.
Con el marcador final de 2-1, los catalanes ya arrastran solo una victoria en los últimos ocho enfrentamientos ante el Madrid en todas las competencias (Copa, Liga y Champions).
A pesar de la derrota, el Barça continúa como súper líder con 68 puntos, seguido por el Atlético con 56, mientras que el Madrid acortó distancia y llegó a 55.
Pero mientras tanto el conjunto de la casa blanca sigue sonriendo y disfrutando de la desesperación que le generó a su archirrival.