La Federación Costarricense de Fútbol le dará tiempo hasta mañana al mexicano Jesús Ramírez para que se manifieste y decida si acepta o no ser el nuevo supervisor de selecciones menores ticas.
El ultimátum lo dieron ayer por la tarde el presidente de la entidad, Eduardo Li, así como el presidente de la Comisión de Selecciones, Adrián Gutiérrez.
“Vamos a darle 48 horas. Si no aparece, pues convocaremos a una Asamblea para ver qué ruta tomar. De nuestra parte hemos puesto todo lo que nos fue posible para que esté acá, pero no ha habido la misma respuesta”, adujo Li.
“Dentro de la Federación hay como cierta indignación, porque todo parecía estar muy claro. Ya es momento de que estuviese aquí y de que estuviese trabajando”, expresó Gutiérrez.
El lunes se localizó en México a Ramírez vía telefónica, pero dijo que estaba en una reunión, que podía atender en 15 minutos. No contestó más. Ni ese día, ni ayer.
Si el azteca no sale de su silencio, el plan B tiene a dos candidatos argentinos; empero, como es usual en estos temas, los nombres no fueron revelados. Sí se recalcó que son especialistas en jóvenes.
El apuro por aclarar el panorama se debe a varias razones: que la Fedefútbol quiere ser tomada con seriedad y que el “nuevo” plan de trabajo que se quiere para los siguiente procesos menores necesita arrancar cuanto antes.
Antecedentes. El pasado 2 de agosto, el organismo y Chucho, como popularmente se le conoce, llegaron a un acuerdo de vinculación tras una reunión realizada en el Proyecto Gol. Incluso se dijo que el 1.° de setiembre empezaría la gestión, en la cual hasta se le dio el cargo de técnico de la Sub-20 y Sub-17.
Ramírez, quien ese día habló del proyecto y de sus objetivos, solo dijo que debía llevarse el contrato para que lo terminaran de revisar sus abogados, pero que estaba a bordo. Hasta agradeció haber sido tomado en cuenta por Costa Rica.
“Espero la otra semana contactar a la Federación y ponernos de acuerdo en el día que vendré a firmar”, afirmó aquella vez.
Sin embargo, los días pasaron y lo único que se supo fue que primero hubo un retraso en el envío del contrato y segundo que Ramírez estaba en Japón dando unas charlas (también es conferencista).
De hecho, su representante, el francés Joaquim Batica (el de Joel Campbell), le dijo a La Nación hace unos días que uno de los inconvenientes del por qué no estaba estampada la firma era que Ramírez no había acomodado aún sus compromisos personales con los que le exigía la Federación.
Eso fue lo mismo que Batica le dijo a Li hace una semana, que fue la última oportunidad en que ambas partes tuvieron contacto.
También se intentó ubicar a Batica por teléfono y por correo electrónico, pero no contestó.