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Saprissa se tomó el amistoso contra Boca Juniors como un examen para medir el nivel con que llega a la temporada.
Por eso no quiso regalar nada y peleó cada pelota como si estuviera disputando la corona.
Sin embargo, un error garrafal del portero Donny Grant le abrió la puerta a los argentinos para tomar la ventaja. Eso le bastó a Boca, que sin gastarse mucho, logró la victoria 0-1 en el Estadio Nacional.
El choque ayudó para que el plantel de Jeaustin Campos, diezmado por la ausencia de seis seleccionados y cuatro lesionados, se rozara con un cuadro de oficio, de clase y de mucho talento.
Saprissa mostró una cara joven llena de muchachos que apenas muestran sus primeras armas en el primer equipo morado, apuntalada de algunos nombres más consolidados.
Aunque el encuentro no tuvo el nivel de un partido oficial, tampoco defraudó. Hubo espectáculo, ambiente y, sobre todo, Boca demostró que juegue donde juegue, le apunta a la victoria.
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El Monstruo no lo hizo mal, de hecho se comportó al nivel de un equipo de la talla del xeneize y eso pese a lucir en su formación a tres menores de 18 años como los laterales Luis Flores, Irving Calderón y el volante Jordan Medina.
El juego se definió por lo menos inesperado (bueno, tal vez un un poco esperado), que fue el horror en salida de Grant, que facilitó el gol de Jonathan Calleri (26').
Porque más allá de eso, Boca tampoco fue un claro dominador aunque, a diferencia de Saprissa, hizo ver el fútbol fácil, con sociedades y triangulaciones en la media cancha que rápido ponían el balón en el área saprissista.
Prueba de ello fue la primera acción clara del juego en el minuto 12: tres pases en la media y ya en el área, Calleri desperdició una opción clara ante el gran servicio de Sebastián Palacios.
Saprissa lo intentó, aunque con muy poco peso en el ataque y disminuido por la ausencia de hombres desequilibrantes como un Deyver Vega, por ejemplo.
Después del error de Grant, los locales tuvieron dos desbordes en la banda izquierda, uno de Daniel Colindres y el otro del juvenil Irving Calderón que por poco terminan en el empate.
En la segunda mitad, los bosteros se dedicaron más a ensayar algunos movimientos y perdonaron a la S en dos contragolpes.
Su defensa sí lució sólida, con un Agustín Orión que no pasó apuros y un Daniel el Cata Díaz que brindó seguridad en los escasos ataques morados.
Al final, la derrota le duele al Saprissa porque se dio gracias a un fallo grave de su meta pero sin duda le sirvió para exponer su nivel ante el club más ganador y seguido de toda Suramérica.
