La Nación consultó a diversos exsilbateros de Primera y todos opinaron de la misma forma.
Ólger Mejías fue contundente.
“Es penal y expulsión. No hay otra cosa más que hacer. Si no lo pitó, fue por falta de fuerza, de carácter. Eso no son cosas de capacitación, son cosas que no se pueden enseñar”, señaló el miembro de la Comisión Técnica.
“Eso es lo que les vamos a decir hoy (ayer) a los muchachos”, agregó Mejías, en referencia a la práctica arbitral de rutina.
“Fue una entrada sumamente violenta, faltó autoridad del árbitro para sancionar el penal y la expulsión. Estaba muy clara”, adujo Greivin Porras.
“Aunque vaya por el balón hubo juego brusco grave. Al ser dentro del área se expulsa al jugador con roja directa”, manifestó el Oficial de desarrollo para el arbitraje de FIFA, Ronald Gutiérrez.
Por su parte, el director de la Comisión de Arbitraje, José Manuel Pereira, apuntó que aunque todavía no había visto la jugada, por lo que le explicaron todos sus colegas, hubo una falta por utilizar fuerza excesiva.
“El concepto de la inercia, eso de que ’iba impulsado’, la FIFA lo eliminó hace dos años. Ahora se usa la clasificación de las faltas: imprudente, temeraria o fuerza excesiva. Estas se aplican aunque el futbolista toque primero el balón”, expuso Pereira.
“Me parece una jugada violenta. Cambronero solo tenía que usar los puños, pero levantó demasiado la pierna a la cara de Fernando”, subrayó el volante Luis Miguel Valle.
El miércoles, luego del encuentro, el técnico Óscar Ramírez también se refirió a la acción.
“Como decimos nosotros popularmente, fue de cárcel. Increíble”, calificó el Machillo.
Ese mismo día, el propio guardameta declaró que no tuvo ninguna mala intención.
“Fue un balón dividido y solo intenté cubrirme. Creo que sí lo golpeé, pero es parte del futbol”.