La alegría de Wílmer López por comandar el primer equipo de Alajuelense es evidente en su rostro. Él tampoco tiene la mínima intención de disimularlo, pero antes de que hablara, este martes en rueda de prensa, ya se le notaba.
Wílmer ingresó a la sala de conferencias acompañado de su asistente Pablo Izaguirre y entre sonrisas recordó cómo recibió la noticia de que dirigiría al conjunto manudo, aunque fuese por pocos días.
El domingo, después de que José Giacone renunció a su puesto, el gerente deportivo rojinegro, Víctor Badilla, se dio a la tarea de hablar con López.
Badilla fue hasta la casa del exvolante y le comunicó que sería el entrenador interino mientras buscaban al técnico permanente.
"Estaba con mi esposa y llegó Víctor Badilla a hablar conmigo. Imagínese...si uno sintió bien cuando le dijeron que era asistente, ahora le dicen que uno va a ser el entrenador, el que tiene el poder de decisión del equipo, el cual es el amor de uno", expresó Wílmer.
Después de esa noticia, López compartió con unos invitados que tenía en su casa y terminó acostándose pasadas las 12 de la noche. Era hora de dormir, pero la adrenalina y la felicidad que lo embargaba en ese momento no se lo permitió.
"Esa noche no dormí, se lo juro por Dios que no dormí. Me acosté y después vi el reloj y eran las dos de la mañana; pasé viendo para el techo".
A eso de las 5 a. m. ya Wílmer debía estar en pie para llevar a su hija a la escuela. Sin imaginarlo, ese día era oficialmente el primero como técnico, aunque fue el martes cuando inició con los entrenamientos.
"Siento alegría, no miedo o susto, sino alegría de saber que unas de las cosas que más deseo, deseaba y seguiré deseando es ser entrenador de la Liga", explicó.
El lunes Wílmer tuvo un día de reuniones con la junta directiva y el cuerpo técnico, al que también se añadía Izaguirre.
El contacto directo con el camerino, donde ya conocía a muchos de los jugadores sucedió este martes, en el primer entrenamiento.
A las 8 a. m. Víctor Badilla, López y el resto de integrantes del staff técnico conversaron con los futbolistas.
Poco más de una hora en el vestuario fue el inicio del periodo al mando del Pato, aunque no fue solo él quien tomó la palabra.
"A veces uno no tiene que hablarle mucho al equipo. La hora (que estuvieron en el camerino) no la hablé solo yo, habló Víctor Badilla, Izaguirre, (Cristian) Oviedo, Wardy (Alfaro) y varios jugadores", aseguró.
Esos primeros minutos le demostraron al ídolo manudo que pese a la situación que vive el club, hay un grupo de jugadores tranquilo.
Pato aseguró que encontró al camerino bien, con disposición para cambiar las situaciones que se hicieron anteriormente.
"Uno siente y nota si el camerino está bien o no cuando sale a la cancha y ejecuta un trabajo. Si de 25 jugadores, 15 están relajados, ahí sí se preocupa uno, pero el accionar del equipo fue con muy buena dinámica, disposición y actitud", contó.
La primera práctica de Wílmer fue breve, aunque eso es característico en él, según comentó a este diario Kenneth Cerdas, jugador liguista que estuvo con él en Alajuela Junior.
"No le gustan los entrenamientos muy largos. Son máximo de dos horas y el 90% de los entrenamientos son con bola", señaló Cerdas.
Y así fue, porque este martes su práctica no sobrepasó ese tiempo y la mayoría de ejercicios fueron con balón.
En los primeros minutos, Wílmer reunió al grupo en el sector sur de la cancha del Morera Soto, donde hicieron una oración.
A pocos metros se ubicaban gran cantidad de periodistas, que por disposición de López tenían acceso a toda la práctica.
El trabajo inició con el preparador físico Johan Salas, mientras Wílmer miraba en solitario.
Después era momento para que López diera indicaciones. Las risas entre el cuerpo técnico y jugadores no faltaron, mientras el nuevo timonel vivía su primera práctica.
Wílmer puso punto final a la sesión, se dirigió a la sala de prensa y fue claro: "¿por cuánto tiempo estaré aquí? no sé, pero vamos a aprovecharlo, disfrutar el tiempo que sea".