Ciudad Quesada. Herido en su labio superior y con un trauma severo sin fractura en su nariz, el zaguero sancarleño Wílliam Corrales aseguró antenoche que no acudirá a los tribunales de justicia, sino que dejará su caso a las instancias disciplinarias de la Federación Costarricense de Fútbol (FEDEFUTBOL).
Con problemas para respirar, debido a la inflamación, el defensor norteño, de 19 años de edad, fue el más afectado en los incidentes que se produjeron al término del choque entre San Carlos y Saprissa, el pasado sábado en el Carlos Ugalde.
Fue imposible localizar ayer a miembros del Comité Disciplinario, donde es posible que se ventile la causa sobre el incidente del que Corrales responsabiliza al volante morado Roy Myers como su agresor.
Aunque no se ubicó al mediocampista morado, su compañero Erick Lonnis afirmó que él, a quien las tomas de la televisión muestran en la trifulca, actuó en defensa propia cuando un aficionado, por segunda ocasión, burló la vigilancia policial y lo agredió en el túnel que conduce a los camerinos.
Trifulca
Consultado sobre los hechos, Corrales narró que intervino cuando observó a Erick Lonnis golpeando al masajista Jimmy Arias. "Me interpuse entre ambos para separarlos, pero vino más gente y me retiré", expresó.
Agregó en su testimonio que, cuando se encaminaba hacia el camerino, Roy Myers le lanzó un puñetazo por detrás. "Más que el golpe, me dolió el hecho de que lo hiciera (Myers) a mis espaldas, y por tanto yo no pudiera defenderme", manifestó.
Añadió que no acudirá a la vía judicial pues confía en las instancias del futbol federado para que se haga justicia. "Si San Carlos no pide una investigación de los hechos, personalmente acudiré al Comité Disciplinario para que se investigue a Roy Myers", advirtió Corrales.
Ayer se intentó localizar a dirigentes norteños para conocer las gestiones que emprenderán, pero ninguno se encontraba en su casa de habitación.
Corrales explicó que presentará como testigos a su compañero Carlos Pancita Rodríguez y al obispo de San Carlos, monseñor Angel San Casimiro, quien, en declaraciones brindadas a radio Columbia el sábado, corroboró la agresión de Myers.
Defensa propia
Lonnis, quien minutos antes de concluir el cotejo estuvo a punto de ser agredido por un aficionado desconocido que saltó la malla, declaró ayer que actuó en defensa propia cuando el mismo individuo lo golpeó camino al túnel.
El capitán Edwin Segura, segundo comandante de la Guardia Civil de Ciudad Quesada, admitió que no se detuvo a ese hombre, a pesar de que fue sacado de la cancha por miembros de la policía.
Sobre el incidente, el guardameta saprissista recordó que en la segunda parte del partido el aficionado entró a la cancha con la intención de agredirlo. "Me quedé calmado esperando que lo hiciera y porque pienso que si lo hago me meto en un gran problema", dijo el portero morado. Agregó: "Al terminar el partido, me dirigí al túnel y, sorprendido, veo que el mismo aficionado se me viene encima, y cuando lo hace procedo a defenderme.
"Se armó el molote, y, cuando me doy cuenta, el masajista o el utilero me están intentando dar, y yo me defiendo para que no me golpee", manifestó Lonnis.
Noche de terror
Ciudad Quesada. Para los jugadores del Saprissa, la noche de terror vivida al cierre del partido ante San Carlos el viernes último no terminó cuando ingresaron al túnel que los conduciría al camerino.
Fuera del estadio, decenas de enardecidos aficionados los aguardaban, situación que obligó a la guardia civil a evacuarlos de las más diversas formas.
Un grupo de jugadores, entre los que se encontraban Lonnis y Rónald González, abandonó el estadio en la "perrera" 472 de la Guardia Civil a las 11:30 p.m.
Lonnis recordó que llegaron al puente La Vieja --como a 5 kilómetros de Ciudad Quesada--, donde los esperaba el autobús que los trasladó directamente a San José.
"Para nosotros no es nuevo salir en patrullas. Desconozco cómo salieron mis compañeros al puente", expresó el guardameta morado.
Otros miembros del plantel abandonaron el camerino en un taxi, mientras que un último contingente lo hizo en el vehículo del diputado Leonel Solís.
"La gente estaba exaltada, y era evidente que tenían deseos de agredir a los jugadores del Saprissa. Teníamos listo el equipo de gases lacrimógenos ante cualquier eventualidad, pero dichosamente logramos persuadirlos, y al final las cosas no fueron a más", declaró el capitán Edwin Segura, segundo comandante de la Guardia Civil de Ciudad Quesada.
El funcionario añadió que el autobús en el que viajaba Saprissa, por medidas de seguridad, se ubicó en Sucre, a 5 kilómetros de Ciudad Quesada, donde finalmente lo abordaron jugadores y cuerpo técnico morados.
Segura reconoció que no se detuvo --ni se tiene su identidad-- al aficionado que ingresó dos veces a la cancha con la intención de agredir a Lonnis. Dicho individuo saltó la malla minutos antes de concluir el juego y luego volvió a introducirse, desencadenando los incidentes.