El Saprissa de Juan Manuel Álvarez tiene dos libretos en el ataque: uno que incluye a Walter Centeno y otro ideado precisamente para suplir la baja en caso de que el conductor morado no esté.
Así de claro tiene el estratega mexicano la importancia del Paté dentro de su idea de juego, una figura que no pierde relevancia a pesar de que no siempre cumple como acostumbraba hacerlo.
El técnico mexicano ya se topó en el pasado con la encrucijada de no tener a su creativo a disposición, por lo que a través de la prueba y error aseguró haber construido una fórmula para salir airoso cuando esa eventualidad se presenta.
“Tengo variantes, se han visto cuando no está Centeno. Manejamos que juegue Alejandro (Sequeira) y juegue (Josué) Martínez y con cuatro medios suplo a Centeno. Ya ha pasado que pongo a cuatro volantes y recuperadores y dos delanteros”, afirmó el técnico.
Esas permutas, sin embargo, no les deparan siempre a los tibaseños un juego vistoso o efectivo.
Los últimos dos partidos que Saprissa jugó sin Centeno terminaron con un 0-0 (frente a Cartaginés en la fecha 16) y el agónico 1-2 con el que los morados vencieron a Santos en el primer juego de la serie de cuartos de final entre ambos.
Contra los brumosos Álvarez intentó con Maykol Ortiz para cumplir las labores de conducción, pero tras la salida por lesión de este el equipo perdió toda la profundidad y se limitó a contener las poquísimas llegadas de los visitantes.
En Guápiles la tónica no fue muy diferente, los goles morados llegaron de un remate de larga distancia de Luis Diego Cordero y un cobro de tiro libre de Allan Alemán: no hubo mayor cosa producida desde la mitad del campo.
Posibilidades. La sola presencia de Walter Centeno en el terreno de juego le permite a Juan Manuel Álvarez apostarle a su esquema habitual: una la línea de dos contenciones, más el creativo y dos extremos abiertos que acompañan al centro delantero de turno.
Pero si no está ese conductor en el terreno, la estrategia cambia y el ofensivo 4-3-3 se transforma en un controlador 4-4-2.
Sin Centeno, el mexicano opta por poblar el medio campo y cifrar en dos delanteros todo el potencial de su juego ofensivo.
Aún así, en los últimos juegos el peso del Paté no estuvo empatado con la necesidad que su figura crea, haciendo mella en un equipo que se acostumbró a tener a ese director de orquesta del que ahora goza solo ocasionalmente.