El juez John Gibney, encargado del caso contra el empresario Minor Vargas, será quien defina la sentencia que el costarricense conocerá el próximo 23 de octubre a las 9 a. m. (7 a. m. de Costa Rica).
Para ello, la justicia estadounidense utiliza una tabla para aplicar las penas según el delito y el historial criminal de cada persona.
El sistema fue creado en 1984 con el fin de uniformar las políticas de sentencias en ese país del norte, específicamente para criminales de delitos importantes.
El modelo parte de dos factores principales de evaluación: primero, la conducta asociada al delito (la intención), y segundo, el historial criminal del individuo.
El primer factor determinará “el nivel de ofensa”. Existen cuatro zonas (A, B, C y D) asociadas a este punto. La A es para delitos con sentencias de 0 a 6 meses, la B para sentencias no mayores a un año, la C para penas mayores que la B pero con mínimos menores a un año, y finalmente la D, aplicada en sentencias mayores a las anteriores.
La del exdirigente tico entraría en esta última categoría.
El segundo factor añadirá meses a la sentencia según el nivel criminal de cada persona.
Existen seis niveles, cada uno asociado a la cantidad de “puntos criminales”. Esos puntos se ganan de acuerdo a condenas previas o crímenes por los cuales el acusado haya sido condenado.
En este punto Vargas partiría del primer nivel, pues hasta la fecha no se le conoce ninguna otra condena previa a la actual.
El empresario podrá apelar el veredicto hasta que escuche la sentencia en su contra.