Alajuela
Henry Bejarano sanciona la pena máxima en favor de Alajuelense ante Saprissa e inmediatamente expulsa al morado Julio Cascante y al rojinegro José Luis Cordero.
El volante de la Liga no entendía la decisión y pasó de mentalizarse en cobrar ese penal, en el 59', a cruzar toda la cancha para irse al camerino.
Sentía rabia, dolor, indignación, una mezcla de sensaciones que se convirtieron en lágrimas, pues asegura que esa expulsión no tiene pies ni cabeza.
"Salí frustrado y aún lo siento así, porque me parece injusto que en una acción en la que me cometen penal, lo que hago es que me levanto y trato de retirarme porque recibo insultos de algunos jugadores del Deportivo Saprissa y por ende, trato de alejarme, trato de buscar el lado atrás del marco para tratar de no meterme en problemas, sabiendo que iba a tener la responsabilidad de lanzar el penal", relató Cordero.
Y agregó: "Así que no sé por qué me expulsan, no entro en el juego de ellos, tampoco respondo en palabras, trato de quedarme callado y me dolió muchísimo porque estaba haciendo un buen partido, igual que todos mis compañeros".
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El 10 de Alajuelense le pide a la Junta Directiva que interceda por él, porque se siente víctima dos situaciones puntuales: es liguista que recibe más faltas, de las cuales, muchas ni se sancionan y que a la vez, él cree que lo sancionan drásticamente.
"No hice nada, es injusto, no respondí a los insultos, tampoco agredí a nadie y en las repeticiones se ve donde yo trato de alejarme de los problemas y ya es decisión de ellos. El entrenador (Benito Floro) me dijo que iba a analizar bien el video y que si se tenía que hacer una apelación, pues se iba a hacer, pero si no tranquilos y esperando que los compañeros saquen los partidos que vienen".
Contó que Bejarano no le dijo nada, pues simplemente lo expulsó.
"Él no me da explicaciones, simplemente saca la roja y luego (Jonathan) McDonald se va directo para donde el línea y le pregunta que por qué me expulsan a mí y el línea le dijo que no sabía. Sinceramente eso me duele muchísimo, porque dejar a los compañeros con diez duele mucho y no sé ni qué decir, porque yo no respondo a los insultos, trato de quedarme callado y punto".
A punta de golpes. "Durante todo este torneo me han venido haciendo de diez a 15 faltas por partido y no pasa nada, llego yo y hago una falta y ya me sacan amarilla, o me sacan roja, entonces ya me siento frustrado por eso y espero que los directivos de acá analicen el video y si hay que hacer algún tipo de aclaración, que se haga", citó Cordero.
Después de cada juego, resulta normal que el volante salga renqueando y según él, ya es hora de ponerle un alto a esa situación.
"Desde que empezó el campeonato no he podido entrenar los lunes porque siempre me mandan a terapia, siempre tengo golpes en las pantorrillas o en los muslos, en el partido contra Belén, ustedes no lo supieron, pero recibí un golpe en el que me desgarraron a nivel del oblicuo (al lado del abdomen) y al final nadie ve esas cosas; tampoco acá de este lado hemos alzado la voz, pero yo creo que ya es el momento y si yo no la alzo, no sé quién más la va a alzar, pero estamos expuestos a eso".
A Cordero lo que le preocupa es que en algún momento, inclusive lo pueden lesionar.
"Yo creo que para que la gente reaccione o se den cuenta, tiene que haber sangre. Cada vez que empieza un partido el equipo rival se me viene a mí encima a decirme que me van a golpear para que me tire por algo, porque me tienen tachado como de que yo me tiro y si yo les enseño las marcas que tengo de los golpes que recibo durante todos los partidos, ustedes van a ver a quién le dan la razón".
José Luis Cordero tiene un temperamento muy tranquilo y siempre trata de actuar con cabeza fría, pero sí está molesto y hasta se mentaliza en que "ya sabemos que van a venir más golpes".