Está feo que David Faitelson, Francisco Gabriel de Anda y un montón de enchilados comentaristas mexicanos se pasen ignorando las actuaciones de Navas en el Madrid, vistiendo a su selección con ropajes de gigante y desvalorizando a sus rivales del área, que ahora otra vez son muy malos porque no son capaces ni de hacerle cosquillas a su Goliat verde.
Pero más feo resulta que los ticos, tan criticones de los envenenados del norte, les imitemos al analizar el futbol. Sobre todo a la Sele . El octavo lugar del Mundial pasado nos infló el ego a niveles del Pirruris, el personaje cómico azteca que cree tener a todas las nenas a sus pies y no comparte gustos con los “nacos frijoleros”.
Bastó un empate trabajado y suertudo en Jamaica para sacar al Pirruris futbolero que llevamos adentro. “¿Cómo vamos a empatar en Jamaica si allí solo juegan cricket?”. “¡Uy sí, qué equipazo, si hasta Nicaragua les ganó en Kingston!”, “¡Qué miedoso el Macho, a esos negros había que meterles por lo menos tres, si no juegan nada!”.
No importa si en el 93, en la Copa Oro, empatamos y compartimos el tercer lugar, si en el 98 nos ganó en Jamaica y fue al Mundial en lugar nuestro, o si obtuvo medalla de plata en los Panamericanos del 2007. Tampoco que en la eliminatoria anterior fue un empate –sufrido como el de ahora– el que nos dio en Kingston el pase a Brasil.
También se nos olvidó el 2 a 2 trabajado en la Copa Oro pasada y que los Reggae Boyz fueron a la final, en tanto la Tricolor se quedó en cuartos. Pudo perder Argentina la Copa América ante un Chile que nunca había ganado nada, pero jamás la poderosa Tricolor empatar en esa islilla donde juegan con bola cuadrada.
Nos enojamos entonces con Keylor porque un jamaiquino le anotó, y en la Champions, contra los mejores del mundo, lleva ocho juegos sin gol, con Ramírez porque prefiere al rústico Acosta de la Liga manuda y no a un legionario de la Liga de las Estrellas, y porque es un miedoso y se llevó los buses que usaba en Alajuela para Jamaica, cuando debería poner en marcha el Ferrari último modelo que tenemos ahora.
El primer lugar no importa. Como la mamá de Tarzán que somos, ahora hay que gustar y golear a todos, en casa o de visita. ¡Porque si México es el gigante, Costa Rica es el mata gigantes! Y ningún enano tercermundista futbolero nos puede faltar al respecto.
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