A mí no me gusta –dice uno–. A mí tampoco –añade alguien más–. A mí menos –dice un tercero–. Ciertamente, Ariel Rodríguez no ganaría un concurso de popularidad en busca del jugador más espectacular del campeonato nacional. Sin embargo, cuando uno lo ve anotar dos goles, al día siguiente tres y después otro par, resulta inevitable plantearse el error de juicio: aquí alguien se está equivocando; un mal jugador no lograría 18 goles en 18 jornadas.
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Se graduó en la UCR, debutó en la revista Triunfo, hizo carrera en Al Día y hoy, con 30 años de periodismo, vive el partido de pie, al lado de la línea, como estratega de la sección deportiva de La Nación. A veces desearía entrar al campo como en los tiempos del Mundial Corea-Japón 2002 o los Olímpicos Londres 2012, pero lo suyo es hoy el banquillo
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