La edición 18 de la Ruta de los Conquistadores arrancaba esta madrugada en Jacó de Garabito con 25 ciclistas de élite y 200 aficionados.
Por segundo año consecutivo la prueba no tiene aval de la Federación Costarricense de Ciclismo (Fecoci), lo cual ahuyenta a los pedalistas de alto rendimiento.
Los problemas entre ambas organizaciones desembocaron en los tribunales, donde la Fecoci interpuso una querella por supuestos delitos contra el el honor por declaraciones de dirigentes de la Ruta.
Al no tener aval, la Ruta no cuenta con jueces colegiados. El propio coorganizador Román Urbina será el comisario principal.
Por su parte, los ciclistas de élite que participen se exponen a recibir una multa y la suspensión de un mes por parte de la Fecoci. Eso los inhabilitaría para participar en la Vuelta a Costa Rica, en diciembre.
El equipo Citi-Economy descartó a Deiber Esquivel para evitar una posible sanción. “Como no es un evento federado, no podíamos arriesgar a los ciclistas que van para la Vuelta, pero igual vamos a participar con el colombiano Luis Mejía, que ganó el Guanaride”, explicó Daniel Muñiz, dirigente del Citi.
Unos 25 ciclistas de la categoría élite – cifra que calculó el coorganizador Urbina– buscarán ocupar las primeras posiciones.
Manuel Prado defenderá su título y Federico Ramírez buscará destronarlo, entre el grupo de favoritos.
Los otros 200 pedalistas van detrás de una experiencia más personal: tener la oportunidad de contar algún día que finalizaron una competencia tan exigente.