Andrey Amador cruzó la raya final en París con la misma sensación que tenía en 2011 y en 2013, invadido por las ganas de irse a casa, desconectarse de todo y descansar después de 21 días de desgaste y sufrimiento.
El costarricense acaba de concluir un Tour de Francia tormentoso, en el que le tocó lidiar una vez más con los fuertes golpes propinados por dos caídas y que lo llevaron incluso a pensar en que después de la décima etapa, no continuaría en carrera.
Fue un amago de abandono producto de un arrebato de cólera al despertarse con mucho dolor en rodilla.
"Ha sido un Tour de Francia complicado, pero luchando y gracias a todo el apoyo pudimos llegar a París. ¡Pura Vida!", escribió Amador en su cuenta de Twitter.
Después de la tormenta, volvió la calma para el tico, al menos en el sentido de que no se retiró.
Si lo hubiese hecho no era ningún pecado, aunque para cualquier ciclista es una frustración el tener que salir de carrera.
Después de todo el trabajo que hizo en el Giro de Italia para que Nairo Quintana subiera a un cajón del podio, Amador llegaba al Tour con la incertidumbre de cómo reaccionaría su cuerpo, porque nunca había corrido la ronda italiana y la Grande Boucle en un mismo año.
Situación idéntica a la que vivió el propio Quintana. Y la apuesta no fue la mejor.
Movistar Team estuvo de malas desde el inicio del Tour, con la baja sensible de Alejandro Valverde en apenas siete kilómetros.
A partir de ahí comenzó el calvario para Amador y sus compañeros.
Sin Valverde, quien se accidentó en la contrarreloj de apertura, a Andrey se le recargaba el trabajo.
Pero el tico tuvo su primera caída al día siguiente y no era un simple golpe.
A él le dolía y le molestaba bastante, pero optó por guardarse eso que estaba viviendo para no generar más tensiones.
El nacional llevaba la procesión por dentro y sus fuerzas no eran las mismas del Giro.
Aparte de los golpes, a Andrey también lo perturbaba el no sentirse a como quería para tratar de ayudar un poco más al colombiano Nairo Quintana, quien vivía su propio drama.
El capo de la escuadra telefónica nunca se encontró. No llegó a tope al Giro de Italia y tampoco encontró su mejor forma en el Tour de Francia.
Quintana confesó que todos los días le dolieron las piernas y que hasta para él es muy difícil explicar lo que pasó en una carrera a la que llegó por cuarta vez con la ilusión de ganarla y que se convirtió en un desastre desde el punto de vista de resultados.
En el caso de Amador, el tico sigue con su récord de completar todas las vueltas grandes (carreras de 21 etapas) en las que ha actuado.
Ya son seis Giros de Italia (2010, 2012, 2014, 2015, 2016 y 2017); tres Tour de Francia (2011, 2013 y 2017) y dos Vueltas a España (2014 y 2015).
Con lo que pasó en esta edición de la ronda gala, crece más la predilección de Amador por la Corsa Rosa, que es la competencia en la que mejor se desenvuelve por el tipo de trazado, la topografía y el ambiente.
Mientras que con el Tour de Francia -que era la prueba que de niño siempre soñó correr-, una vez más le quedó un sinsabor.
En la entrevista que rutero le dio a La Nación tiempo atrás para la realización del documental 'Andrey Amador: Corazón de Gregario', el nacional recordó sus primeros dos capítulos en la ronda francesa.
"La primera vez que fui al Tour, en 2011, me pasó lo del tobillo en la primera etapa, entonces ya era una cosa personal, aunque fuera ahí peleando el último lugar y era un atraso. No me lo quiero ni imaginar y seguro todos los días en la organización decían '¿este cabrón cuándo va a pasar?', pero yo no me daba por vencido", recordó Amador.
Y agregó: Yo siempre llegaba dejando los pelos en el alambre por el fuera de tiempo y poder terminar ese Tour en esas condiciones era una cosa personal, lo pude hacer y me dio mucha felicidad. Ahí pude pasar los Campos Elíseos, cojo, pero de demostré yo mismo que podía".
Esa experiencia le enseñó a Amador que el ciclismo no es solo un asunto de gloria, también es de sufrimiento.
Para 2013, en la edición centenaria del Tour, el tico acudió como uno de los hombres laboriosos para ver qué podía hacer Quintana en su primera incursión en la carrera más famosa del mundo y el cafetero quedó subcampeón.
Al tomar la partida en Montgeron, al costarricense solo le faltaban pedalear 103 kilómetros.
La primera parte de la jornada fue un paseo, en el que todos los integrantes del pelotón aprovecharon para felicitar al campeón Chris Froome (Sky).
Una vez que se entró en París y comenzó el circuito por los Campos Elíseos se encendió la carrera, porque lo único que estaba en juego era el triunfo de etapa, que quedó en manos de Dylan Groenewegen (LottoNL Jumbo), con un tiempo de 2:25:39.
Amador concluyó el día en el puesto 43, con el mismo registro del vencedor en París.
En le general, el tico quedó en el puesto 87, a 2:56:43 del cuatro veces campeón del Tour, Chris Froome.
Aunque no se sabe si correrá algo más en lo que resta del año, lo más fáctible es que el tico actúe con Movistar Team a mediados de setiembre en el Mundial de contrarreloj por equipos (CRE), que se efectuará en Noruega.
A hoy, el nacional acumula 74 días de competención en el año y ya está muy cerca del rango permitido por la Unión Ciclista Internacional (UCI), que establece que no se puede superar los 85 días de carrera para un pedalista que milita en el World Tour.