Esta fue la eliminatoria de las promesas para la selección de México, desde el primer juego aseguraron que serían contundentes y que sus aficionados podían comprar tranquilos sus tiquetes a Brasil 2014.
Pero esas promesas se cayeron una a una como piezas de dominó y ahora solo les quedan dos partidos, una esperanza remota de clasificar directo y un chance de llegar a un repechaje contra Nueva Zelanda.
Ya solo les queda el juego en casa ante Panamá de este viernes y la visita a la del martes, ya prometer no funciona, solo les queda ganar o sufrir.
Ayer dos de sus jugadores estrella levantaron otra pieza del dominó, el arquero Guillermo Ochoa y el famoso Chicharito Hernández
“Estamos convencidos de que lo podemos lograr, todo está en nuestras manos”, afirmó el guardamenta del Ajaccio de Francia.
La duda que aún queda es: ¿qué ha cambiado? ¿Cómo se pueden solventar esos errores del pasado?
Uno de esos fallos fue no ganar en el Estadio Azteca y en eso se enfocaron las palabras de los mexicanos tras las prácticas del martes.
“Cuando se habla de que el equipo no pesó en el (estadio) Azteca es porque no pudo ganar de local, la manera de cambiarlo es ganando”, puntualizó el mediocampista Christian Giménez.
Apoyo. Uno que fue más cauto en las promesas fue el técnico Víctor Manuel Vucetich, que se enfocó en pedir apoyo a la afición para este ‘último chance’ de llegar a Brasil.
“Es cuestión de conciencia de todos los que estamos dentro del fútbol mexicano, tenemos una opción magnífica el próximo viernes y creo que va involucrado todo el medio y el país, en el plano deportivo, y lo que se requiere es el apoyo”, pidió el entrenador.
Vucetich además mostró un poco más de humildad al mirar al pasado y admitió graves errores de su México en las eliminatorias.
“Sabemos que no se hicieron las cosas de la mejor manera pero tenemos una gran oportunidad y es el momento de respaldar”, dijo el estratega, que no lleva ni un mes en su cargo de seleccionador.
México, sus jugadores, técnico y afición deben despertar, sino tres países de Centroamérica convertirán su sueño de ir a Brasil 2014 en una pesadilla que verán por tele .