Racionalmente, no hay ninguna diferencia entre un día u otro, pero nuestra parte emocional no lo asimila de la misma manera, y esa inminente sensación de cierre que trae consigo el 31 de diciembre, a veces viene acompañada de tristeza.
Por ese motivo, en un día tan representativo, la recomendación de los especialistas es hacer un balance de las cosas que logramos cambiar en nuestra vida y complementar ese ejercicio con la compañía de nuestros seres queridos.
¿Por qué? En el caso de la introspección, esta permite mermar la ansiedad generada por lo que no se logró durante el año y valorar lo que sí se obtuvo. Además, le permite a la persona valorarse a sí misma por todo lo alcanzado.
En cuanto a la recomendación de rodearse de allegados, es porque con esto se llena la necesidad de compañía propia del ser humano.
“Vivimos de cierres, de pérdidas, y el fin de año siempre provoca exacerbación de los sentimientos… Como cualquier pérdida, esta genera emociones intensas. Hay personas que no tienen quién les valide los sentimientos y eso puede hacerlas sentir tristes”, explicó Sandra Ayales, psicóloga.
La muerte de un familiar o allegado, haber pasado por una situación complicada o por una enfermedad, una ruptura amorosa o un divorcio… cualquiera que sea la aflicción, la sugerencia es buscar contención en esta fecha.
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Ante la pérdida por muerte
No obstante, aunque el consejo es no aislarse, se debe ser respetuoso con quienes atraviesan un duelo reciente. Lo ideal en esos casos es ofrecer compañía sin que esta sea forzada.
“Las personas que han tenido pérdidas muy recientes, probablemente tendrán una necesidad enorme de estar solas y eso hay que respetarlo, porque no están solos, sino con su dolor y con el ser querido que falleció”, agregó Ayales, quien tiene una especialidad en psicooncología y cuidados paliativos.
En ese punto coincide Carol Garita, coordinadora del centro de atención neurosicológica de Unibe, quien dijo que una buena forma de recordar a quienes ya no están, sin mucho dolor, es pensar en los buenos momentos vividos con ellos.
“Hay que recordar las experiencias bonitas, lo que me dejó esa persona para siempre. Así voy dejando de pensar en lo que no tengo, sino en lo que me hizo crecer esa experiencia. Esa es una forma de aceptar que la vida es cambio”, expresó la experta.
Cuando hay conflictos familiares
En muchos hogares ocurre que hay enemistades entre los miembros de la familia y estas resultan incómodas, sobre todo, en una fecha especial.
En esas situaciones, el consejo es comunicar los sentimientos de una manera asertiva y tratar de ser respetuoso con todas las personas presentes.
“Si se debe estar en el mismo lugar en el que está otra persona que no me hace sentir bien, puedo emplear estrategias para no sentirme invadido; por ejemplo, ir a la actividad solo un ratito, o levantarme de una conversación si me está haciendo sentir mal. También puedo decir, asertivamente, que no quiero hablar de un tema, sin dar demasiadas explicaciones”, aseveró Garita.
Echar mano de la tolerancia es otro de los consejos, pues la mayoría de las veces se trata de conflictos muy añejos que no van a ser resueltos fácilmente, y una celebración no es el momento oportuno para eso.
-Hacer un balance de lo logrado durante el año que termina le permitirá valorizarse a sí mismo.
Más consejos
- Trate de recordar los conflictos como una oportunidad que tuvo para cambiar y crecer.
- Si debe compartir con una persona que no es de su agrado, intente saludar, por cortesía.
- No se desgaste buscando la causa de su tristeza. Eso le generará más ansiedad.
- Si está triste, convérselo con alguien que tenga capacidad de escucha y que no lo juzgue.
- Distinga la tristeza de la depresión. La tristeza es proporcional al evento que la ocasiona, y dura poco tiempo. La depresión tiene que ver más con la pérdida de esperanza, de sentido, es más permanente y no siempre hay una causa identificable.