El Hospital San Juan de Dios tiene una nueva herramienta para evaluar a pacientes con enfermedad coronaria, los que acaban de sobrevivir a un infarto o se recuperan de una cirugía de corazón, e incluso, a los tuvieron covid-19 y presentaron problemas cardíacos.
Se denomina prueba de esfuerzo con consumo de oxígeno o ergoespirometría y es considerado el “estándar de oro”. Con ella, se mide el nivel del intercambio gaseoso y se evalúa el dióxido de carbono exhalado. Es una prueba que, con el estrés del ejercicio, permite saber los cambios que se dan en el cuerpo y ver si hay algo anormal.
“No solo nos permite evaluar elementos diagnósticos, sino también elementos pronósticos (de evolución) y de tratamiento, cómo prescribiremos el ejercicio. Tiene elementos de la prueba de esfuerzo tradicional, pero da más datos, de otras 18 variables”, explicó Maximiliano Morera, especialista en Medicina Deportiva del Programa de Rehabilitación Cardiopulmonar del centro médico.
Morera fue enfático en que cada paciente es diferente y, aunque comparta su enfermedad con otras personas, sus características pueden variar, por lo que esto permite prescribir de mejor forma el ejercicio que cada uno debe hacer para su rehabilitación.
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El centro médico también aplicaría la prueba a personas referidas por otros hospitales que se preparan para cirugías complejas, requieren un trasplante o tienen una falla cardíaca mayor.
Una prueba, múltiples variables
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Mientras pedalea una bicicleta estacionaria, al paciente se le coloca una máscara y varios electrodos que miden su función respiratoria, cómo se intercambian el oxígeno y el dióxido de carbono y da cuenta también de la frecuencia cardíaca, presión arterial y otros procesos metabólicos que se dan durante la actividad física.
Los protocolos, según el problema del corazón, también cambian. Por ello, la prueba se adapta, se individualiza según la enfermedad y las características de cada paciente y se hace todo de forma individualizada, no es una “receta de cocina”.
Morera explicó que a través del análisis del dióxido de carbono y oxígeno logran inferirse otras variables fisiológicas que les permiten establecer las aptitudes cardiopulmonares de cada paciente.
“Es diagnóstico, tratamiento y seguimiento para los pacientes. Se les hace al inicio del programa, al salir y con la frecuencia necesaria”, expresó.
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