El uso excesivo de videojuegos podría convertirse en una primera señal de ludopatía en los jóvenes.
Cuando el adolescente prefiere invertir horas en el juego en lugar de compartir con sus familiares o amigos, y descuida sus deberes académicos, podría entrar en una conducta de juego patológico.
“Los videojuegos no son dañinos; de hecho, está comprobado que desarrollan habilidades cognitivas en los jóvenes. Lo importante es que el padre entienda que de alguna forma debe controlar el contenido”, dijo el psiquiatra Javier Contreras.
Si el muchacho está en vacaciones, puede pasar horas en el videojuego y eso no lo hace ludópata, el problema es cuando deja a un lado los deberes y sus relaciones personales por quedarse frente al televisor o la computadora, agregó el especialista.
La ludopatía se genera a raíz de una alteración en el denominado circuito de recompensa, que son zonas específicas de nuestro cerebro reguladas por neurotransmisores o sustancias que permiten la comunicación eléctrica y química de nuestras neuronas.
“La adicción al juego tiene vínculo con la adicción al sexo y al consumo de sustancias como drogas y bebidas energéticas para mantener despiertos a los jugadores”, dijo el psiquiatra Harold Segura.
Aunque en Costa Rica se emitió un decreto ejecutivo en el 2008 que instaba a “realizar investigación sobre ludopatía”, el país carece de estudios que describan el perfil clínico de este tipo de adicción.
En la etapa escolar y colegial, es necesario que los padres controlen la cantidad de tiempo que invierten sus hijos en videojuegos, dado que las “niñeras electrónicas” generan dependencia desde edades muy tempranas y podrían hacer difícil que los jóvenes pongan fin al juego, señalaron los especialistas.