Los 400 estudiantes y los docentes de la escuela Monseñor Delfín Quesada, en Sabana Redonda San Pedro de Poás, Alajuela, querían una huerta, pero no una cualquiera. Ellos se valieron de materiales reutilizables para dar vida a este espacio y cultivar ahí algunos de los alimentos que servirán luego en el comedor escolar.
Nutrirse bien y ayudar al ambiente, fueron las ideas que los motivaron a decirle sí a una propuesta de la empresa Cargill, que les proporcionó la materia prima, desechada durante los distintos procesos de producción de sus subsidiarias.
En este caso se emplearon tubos traídos de Palmares y Corralillos, cajas de pollos procedentes de Estados Unidos y material de PVC de El Cacao de Alajuela, donde Gargill tiene operaciones.
“Gracias al esfuerzo de voluntarios, padres de familia, docentes y estudiantes se levantó la estructura, que en su primera etapa, cosechará apio, culantro, rábano, chile y tomates para el consumo de la escuela”, explicó la empresa mediante un comunicado de prensa.
Funcionarios de Cargill también apoyaron pintando las aulas y pupitres del centro educativo. La Junta Administrativa de la escuela será la encargada de brindarle mantenimiento a la huerta de ahora en adelante.
“Esta iniciativa se enmarca en una serie de actividades que realizaremos en octubre, con motivo del Día Mundial de la Alimentación”, manifestó Jorge Calderón, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Cargill Latinoamérica.
Cargill ha impulsado la creación de 80 huertas en Centroamérica y en Costa Rica nueve, sin embargo esta es la primera en el país con materiales reciclados.