NUEVA YORK. AP La próxima vez que vea un grupo de aves volando en formación V, tome esto en cuenta: un estudio encontró que estas sincronizan el aleteo de sus alas con precisión exquisita para ayudarse en el viaje.
Científicos llegaron a esa conclusión después de rastrear a una gran bandada de pájaros negros, cada uno equipado con un geolocalizador para ubicar su posición y cada aleteo.
Un experto en vuelo animal resaltó que la simple recolección de ese tipo de información es un logro notable.
Durante mucho tiempo los científicos habían sostenido la teoría de que estas aves, llamadas Ibis calvas del norte, adoptaban una formación en V por motivos de aerodinámica.
Cuando un pájaro vuela, deja una estela. La idea es que otra ave puede recibir impulso de una corriente de aire al volar ligeramente atrás y al lado de quien vuela al frente. Cuando muchas aves hacen esto forman una V.
Estudiar esa conducta en estado natural ha sido complicado. Investigadores del Colegio Veterinario Real de la Universidad Londres y otros sitios estudiaron a 14 Ibis calvas del norte mientras migraban de Austria a Italia.
Los alados fueron entrenados para que siguieran a una aeronave ultraligera como parte de un programa de conservación.
El análisis de un periodo de siete minutos mostró que cuando los Ibis vuelan en formación V se colocan en el sitio justo para aprovechar la corriente de aire que otro pájaro genera y eso les permite ahorrar energía.
Aparentemente también parecen sincronizar el momento en que aletean para aprovechar esa corriente al hacer que la punta de su ala siga la misma trayectoria en el aire de la que va adelante. Es como un carro siguiendo a otro en una montaña rusa.
Los resultados de la investigación fueron dados a conocer el miércoles en la edición de Internet de la revista Nature.
Es la primera vez que se tiene evidencia de que los pájaros pueden ajustar su aleteo para aprovechar la estela creada por otra, escribieron en un comentario que acompaña el informe del estudio, los expertos Florian Muijres y Michael Dickinson, de la Universidad de Washington, EE. UU.
Kenny Breuer, de la Universidad Brown, quien no participó en el proyecto, calificó de “proeza sorprendente” la tarea de compilar la información de aves que vuelan libremente.