A menos de un año de haber arribado al escenario televisivo de Estados Unidos, la serie musical juvenil
La cadena de cable Fox estrenó recientemente la segunda temporada en Latinoamérica y, con la transmisión de solo unos cuantos episodios, la prensa especializada tiene material de sobra para especular que de este lado del continente pasará lo mismo que en Estados Unidos, Europa y Australia: desde ya se le llama el fenómeno mediático más impactante en lo que va de este siglo.
Pero... ¿en qué radica exactamente ese extraordinario
Antes de desmenuzar la respuesta, se impone echar una ojeada al argumento, con la advertencia, eso sí, de que no se vale arquear la ceja ante lo aparentemente trillado de la trama. Porque justo en haber sido capaces de sacarle un jugo diferente a la eterna historia de los adolescentes marginados en el
La tarea es titánica porque Schuester no arranca de cero, sino de mucho más abajo: el coro del colegio McKinley tiene un pasado lleno de gloria y prestigio, pero con el paso de los años, una serie de escándalos lo convirtieron en el refugio de los estudiantes marginados, los típicos
La misión es por demás difícil en vista del perfil de las “estrellas” del Glee Club, que incluyen a Kurt (Chris Colfer), un homosexual extrovertido pero con tendencia al drama constante; Mercedes (Amber Riley), una aprendiz de diva que se niega a estar en segundo plano; Arty (Kevin McHale), un
Las únicas dos esperanzas de Will, quienes completan este particular grupo, son Rachel Berry (Lea Michele), vanidosa y convencida de que participar en el coro la llevará al estrellato, y Finn Hudson (Cory Monteith), un deportista muy popular en el colegio, quien pone en riesgo su reputación frente a sus compañeros y su novia al ingresar en el club de los “perdedores”.
Perseguido por su pasado y aunque todos a su alrededor crean que ha perdido la razón, Will pone todo su empeño en lograr que el coro Glee recupere su brillo. Su esposa, Terry Schuester (Jessalyn Gilsig), lejos de constituir un apoyo en su proyecto, se convierte en una piedra en el camino, pues no deja de augurarle fracasos mientras le exige que consiga un trabajo verdaderamente remunerado.
La entrenadora de porristas, Sue Sylvester (Jane Lynch) también intentará hacerle la vida de cuadritos, pues la reapertura del coro implica compartir el presupuesto de actividades sociales y esto no le hace ninguna gracia.
Sin embargo, los
“
Otro aspecto destacado por varias publicaciones es que lo previsible del guion se compensa cuando este se convierte en una caja de pandora porque logra desconcertar con los claroscuros de sus personajes, quienes pueden ser viles y tiernos a la vez, como ocurre en la vida real.
Y por supuesto, luego viene el plato fuerte: el triunfo de los débiles se materializa cuando los muchachos suben al escenario y ejecutan portentosas versiones de Queen, The Police, Amy Winehouse y hasta Madonna.
Los artistas y sellos disqueros, reticentes en un principio a ceder los derechos para que el equipo de la novel serie interpretara las canciones de los ídolos mundiales, pronto cedieron al olerse el fenómeno y ahora la situación se invirtió: Madonna hizo mancuerna, fascinada, con el clan de
Una cosa nos lleva a la otra... ¿de dónde salieron estos noveles cantantes-actores? Resulta que sus creadores, los multipremiados Brad Falchuk, Ian Brennan y Ryan Murphy (este último fue el cerebro de
Es así como se explica que las voces de los protagonistas se hayan convertido en el gran plus de la serie, cuyos seguidores (conocidos como
De hecho, la primera canción que montaron (y que provocó una andanada de comentarios en las redes sociales; lo cual a su vez disparó la serie en sus arranques) fue
Ya en su apogeo, dos discos con canciones de
Sus cifras de audiencia se han vuelto todo un récord. Si en su última emisión en Estados Unidos, en diciembre pasado, el famoso coro se despidió con unos 7 millones de espectadores por episodio, en su regreso, hace dos semanas, logró alcanzar la cifra de 13.460.000: casi el doble.
Por algo, la serie revelación ganó el Globo de Oro a la “Mejor Comedia” –tenía otras cuatro nominaciones por méritos actorales– y acapara las más prestigiosas portadas como la última edición de la revista
Si bien el peso de la serie estriba en lo musical, no hay que dejar de lado el lazo emocional que el espectador crea con cada uno de los personajes. En su ruta hacia el estrellato, con todos los contratiempos y momentos celestiales que ello conlleva, cada quien desarrolla empatía con su cantante favorito, en una simbiosis idéntica a la que se da en los famosos
Los miembros de su elenco, quienes aún intentan digerir el calibre de la fama que se les vino de repente, harán una gira de conciertos, con entradas ya agotadas, por Estados Unidos en el verano boreal.
Por supuesto, también disfrutan las mieles y los privilegios de su súbito éxito. Por ejemplo, el elenco de
Los jóvenes actores de
Entretanto, las hijas del Presidente atesoraban también las fotografías que se hicieron con sus ídolos: se supo que fueron ellas quienes influenciaron a sus padres para incluir a sus ídolos entre los invitados.