Flor Montes y Nancy Hernández trabajaron cerca de don Luis Paulino Mora desde hace más de dos décadas.
Las dos lo acompañaron en 1986 durante su gestión como ministro de Justicia.
Actualmente, Montes era su secretaria y Hernández, la jefa de del despacho de la Presidencia.
Ayer, ambas recordaron a Mora como un enamorado de su trabajo, que era el primero en llegar a la oficina y el último en salir.
“Era quien apagaba la luz”, recordó Montes.
“Era un excelente jefe, una persona extraordinaria. Sí me había comentado que pensaba retirarse en setiembre, pero yo lo veía en un conflicto con eso porque él quería terminar algunos proyectos”, expresó , por su parte, Hernández.
“Él era un visionario y quería dejar la base de lo que sería el Poder Judicial para los próximos 20 años, quería trabajar en la reforma constitucional”, agregó la funcionaria judicial.
Ambas recordaron que, como ministro, Mora utilizaba su tiempo libre los fines de semana para visitar las cárceles.
“A veces se llevaba a los hijos porque quería pasar tiempo con ellos”, recordó Hernández.
El presidente de la Corte, fallecido el domingo, era padre de cinco hijos y tenía cinco nietos.
Alejandro Mora, uno de sus descendientes, recordó que una de las cosas que daba más felicidad a su padre era pasar tiempo con su familia.
Agregó que al jerarca del Poder Judicial le molestaba que pelearan entre ellos. “Como era juez, siempre escuchaba a las dos partes, era muy conciliador”, narró el joven.