Zaragoza. EFE . Un pase magistral del ariete costarricense Joel Campbell abrió la senda para que el Real Betis anticipara su día de Reyes Magos con una victoria ayer en La Romareda (1-2) frente a un desdibujado Real Zaragoza.
Campbell, quien jugó de titular todo el encuentro, filtró desde la izquierda un pase de 30 metros que dejó al delantero Rubén Castro de cara al marco rival. Fue su décimo gol de la temporada.
El conjunto andaluz volvió a demostrar las razones por las que es un viajero temible en la actual temporada, en la que solo le supera en números fuera de su estadio el líder de la competición, el Barcelona, mientras que tuvo enfrente al tercer peor equipo en su estadio, que solo ha ganado tres encuentros de los nueve que ha disputado y ha perdido el resto.
Los pupilos de Pepe Mel, una vez más al contragolpe, se hicieron con sus primeros puntos del año en un encuentro en el que les bastó el especial instinto de su goleador, Rubén Castro. Luego, el recién ingresado en el campo Jorge Molina logró el segundo, con el que el partido prácticamente quedó sentenciado.
En la primera media hora, el férreo control en los marcajes de ambos conjuntos impidió cualquier acercamiento a las porterías.
Todo el juego discurría en el centro del campo y nadie era capaz de fabricar una jugada para poner el balón en buenas condiciones cerca del cualquiera de las áreas.
En pleno dominio del Zaragoza, el equipo de Pepe Mel consiguió enlazar un rápido contragolpe, en el minuto 45, con un balón a Rubén Castro, que lo aprovechó a la perfección para adelantar a su equipo en el marcador en el primer disparo entre los tres palos de los dos contendientes.
Tras el gol de Molina (el segundo del Betis), el Real Zaragoza intentó inquietar a su oponente adelantando más sus líneas. Al 77’, Paco Montañés reavivó la llama de la esperanza al hacer subir el 1-2 al marcador. No hubo tiempo para más.