De los 25 discos que ha grabado en sus cinco décadas de trayectoria, él asegura que solo hay dos que no le molesta oír.
“Yo tengo un sentido perfeccionista rayando con la enfermedad, confiesa el maestro de la guitarra flamenca. No me gusta ningún disco mío. Los que me gustan, es decir, son soportables y los oigo, son
De Lucía, quien ha vendido más de un millón de discos, está de gira por Estados Unidos, adonde regresa después de cinco años para promocionar su cuarta producción en vivo,
El se presentó este sábado en el Walt Disney Concert Hall de Los Angeles y terminará su recorrido el 2 de mayo en Austin, Texas.
Ganador del premio Príncipe de Asturias y de un Grammy, el guitarrista andaluz de 65 años, dijo que cada vez más prefiere las grabaciones en vivo que las de estudio por considerarlas más creíbles y cálidas que las postreras, a las que calificó de perfectas pero sin alma.
“El alma te lo da el ver a los músicos y la libertad expresiva que tienes, el tener al público enfrente le da un plus de excitación, de adrenalina, de pasión, que nunca la tienes en estudio, que es frío y analítico y robótico. Aunque en el estudio se puede hacer otras cosas creativas, como investigación y jugar pero la música en mayúscula cada vez me gusta más en vivo”, expresó De Lucía, quien aprendió a tocar guitarra de oído y no saber leer música.
“Yo no soy músico estudiado; literalmente soy alguien que vivió la música. El flamenco fue una manera de vivir, fue una relación con la música más que una profesión. Nunca aprendí armonía ni los cánones establecidos de la música. La música la viví, no la aprendí”, concluyó, sonriente.