“Mi profesión es la ingeniería en seguridad industrial”, aclaraba Alcides Méndez Soto (1910-1992) cuando lo entrevistaban. En 1982, a pocos días de haber inaugurado una de sus exposiciones más importantes (la retrospectiva de 50 años, en la Biblioteca Nacional), reiteró que la caricatura y la pintura eran su entretenimiento.
Así, por más de cuatro decenios, Méndez alternó su quehacer cotidiano en el Instituto Nacional de Seguros con sus incontables dibujos de humor para la prensa.
Su amor al arte también estuvo al servicio del Departamento de Prevención de Riesgos del INS, que dirigía: sus dibujos ilustraron los documentos destinados a escolares y otros grupos sociales, además de la publicidad institucional.
Su vida artística es el corolario de un juego que inició en la adolescencia, cuando dibujaba a los profesores del Liceo de Costa Rica. Sin embargo, su labor coadyuvó al desarrollo de la caricatura y la marcó: Alcides Méndez fue un renovador del humor gráfico nacional.
Caricaturista popular. Las Exposiciones de Artes Plásticas en los años 30 fueron testigos del gusto de Méndez por el retrato caricaturesco. Con solo 21 años, él exhibió propuestas innovadoras que, junto con las de otros colegas, abrieron espacio al arte moderno en Costa Rica. Con su simplificación y abstracción, algunos de sus retratos se alejaron de los convencionalismos académicos. Entonces recibió sus primeros galardones: Medalla de Plata en 1931 y 1932.
Años más tarde, sus colegas lo distinguieron como el primer caricaturista popular de nuestro país. Desde muy joven, don Alcides puso en evidencia su interés por el comportamiento popular. La Tribuna , La Hora , Diario de Costa Rica (su sección De Domingo a Domingo ), La Semana Cómica , La República, La Prensa Libre, Excélsior, La Nación, Semanario Universidad y Contrapunto difundieron sus dibujos, caracterizados por personajes muy ticos.
El Álbum de caricaturas (1956) , prologado por el periodista Pío Luis Acuña, reunió una selección de su obra publicada a partir de 1940.
Méndez reconstruyó la vida cotidiana: amas de casa, padres y madres, niños, vendedores, vagos, carteristas, estafadores, pachucos, viejos verdes', con sus dicharachos y formas de ser. Muñeca , Azulito , Yegua y otros personajes formaron parte de una galería integrada por figuras políticas y públicas.
“La caricatura debe ser crítica, y, aunque a muchos no les guste, deben darse a conocer los defectos de la sociedad en la que se vive”, señaló Méndezen 1982. Baches en las calles, presas en el tránsito, pornografía comercial, aumento de salario de los diputados, “peligros” de la moda, voto femenino' y muchas otras quejas se reflejaron en su obra.
Desde 1932, cuando inició sus publicaciones en La Tribuna , Méndez trazó al perrito Chepe , su mascota, para enfatizar el mensaje y el humor. Unos años antes había creado los personajes de historieta Tijereta y Quitituy .
Al lado de Paco Hernández, cuya labor admiraba, Méndez enfocó la idiosincrasia tica: “A veces me da por molestar la paciencia de algún candidato u otro personaje, pero el mejor material humorístico lo encuentro en el hombre corriente de la calle, en los problemas diarios que nos caen encima a todos por igual o en las pequeñas cosas que rompen la rutina”, añadió don Alcides en 1970 durante el Primer Salón Anual de Caricatura Noé Solano.
Como Hernández, a quien sustituyó cuando se retiró de La Tribuna , Méndez reflejó el sentir popular hacia los políticos y gobiernos. “Mis caricaturas representan la historia de Costa Rica”, afirmó mostrando un concepto muy amplio de la historia.
Asimismo, su labor se extendió a la publicidad. Entre los dibujos comerciales para la prensa sobresale la serie de caricaturas para una marca de cigarrillos en La Hora en los años 50. Méndez también elaboró dibujos animados para publicidad.
Salones de humor. Alcides Méndez expuso en las principales muestras nacionales entre la década del 30 y del 80.
Expuso en el Primer Salón de Humoristas de Costa Rica en 1943 en el Teatro Nacional. El Salón fue presentado como “el primer movimiento en conjunto que hacen los hombres de la risa en el lápiz”: una exposición de humor gráfico con la participación de la mayoría de los caricaturistas del país (cerca de quince).
En 1970, Méndez participó en el Primer Salón Anual de Caricatura Noé Solano en la galería de La Nación . Para entonces, el maestro Solano estaba ya retirado. Bajo el amparo de don Noé, el Salón relanzó la caricatura en tiempos de recesión y le amplió el espacio en la prensa.
Un año después, en la misma Sala, Méndez volvió a exponer junto a diez colegas en el Festival del Humor (1971), en homenaje ya póstumo a Solano. En 1975, don Alcides fue uno de los doce artistas expositores en el Salón de la Caricatura en la Sala Jorge Debravo, en recuerdo de Paco Hernández.
Las exposiciones colectivas de estos años impulsaron el humor gráfico con el apoyo de la prensa y otras instituciones, como el Ministerio de Cultura, creado en 1970.
En 1981 participó en el Primer Salón Humorístico La Pluma Sonriente, en la sala del Círculo de Lectores, junto a 17 colegas. El Ministerio de Cultura publicó entonces una selección bajo el título Antología humorística (1982), que incluyó obras de Méndez.
En 1982 se sumó al II Salón de Humor en las galeríasde la plaza de la Cultura con catorce humoristas más, integrantes de la Asociación Costarricense de Caricaturistas e Historietistas La Pluma Sonriente.
Con el fin de promover esta expresión artística, los dibujantes se organizaron en un grupo bautizado con el nombre del Primer Salón: La Pluma Sonriente (LPS), según afirman en el dorso del cartel.
En 1991, LPS le dedicó el XI Salón en la Galería del Banco Nacional, y, en 2007, como parte de la exposición Los Maestros del Pasado, le rindió homenaje póstumo junto a destacados colegas: Paco Hernández, Noé Solano, Róger López, Hugo Díaz, Jorge Chavarría ( Kokín ) y Miguel Castro ( Miguelón ) en la galería del Colegio de Periodistas, patrocinador de la exposición.
A sus 75 años, Alcides Méndez expresó: “Tengo 60 años de entretenerme con el arte de la caricatura; son muchos años ya de burlarme de las malas situaciones de las gentes y del país”. Distracción o humor en serio, su afición lo convirtió en un maestro de la caricatura.
LA AUTORA HA PUBLICADO LOS LIBROS ‘ HISTORIA DEL HUMOR GRÁFICO EN COSTA RICA’ (EDITORIAL MILENIO, 2008) Y ‘ CARICATURA Y PRENSA NACIONAL’ (EUNA, 2002).