Voy a hacer algo atrevido que justifico por dos pensamientos diferentes o separados de Johann W. von Goethe y Al Gore: dijo el primero, conocido sabio alemán (1749-1842), que el ser humano se vuelve más desinhibido al envejecer; y el segundo, exvicepresidente norteamericano y Premio Nobel, dijo que no debemos temer plantear materias importantes, aunque sean “políticamente incorrectas”.
De tal manera, voy a comprometer públicamente a mi exprofesor universitario, colega economista, amigo apreciado y actual jerarca superior del Banco Nacional, Fernando Naranjo, a ayudarme en la aclaración del tema de este artículo. Lo hago porque, a mi juicio, él es una personificación nítida del fenómeno, aunque estoy consciente de que mi petición podría ser malinterpretada.
Como don Fernando y yo nos conocemos bien, confío en que el no se resentirá; mas, en caso contrario, de antemano pido comprensión y perdón, por tratarse de una materia importante para la vida y opinión pública. Además, se lo planteo directamente, porque en Costa Rica nadie se da por aludido ante preguntas impersonales, abstractas o indirectas que les incomoda en lo particular.
“Finanzas” tiene que ver con el manejo de dinero y valores medidos monetariamente por los actores de un sistema económico. Y “economía” se refiere a la producción y circulación de bienes generados en el sistema. Sin entrar en detalles, cualquiera ser humano puede percibir las semejanzas, diferencias y relaciones entre ambos.
El dinero permite medir la producción y acumulación de valores. Ciertamente, el primero tiene mucho que ver con la segunda, pero no son lo mismo. En las economías modernas, lo primero se canaliza cada vez a través bancos; en cambio lo segundo ocurre en empresas (fábricas, fincas, tiendas).
En buena “lógica”, la mayoría cree o sabe que los “bancos” deben estar al servicio de las “empresas”. Pero, infortunadamente, ocurre cada vez más lo contrario: las empresas han venido cayendo cada vez más bajo control de los bancos; se ha venido descuidando la producción de bienes y dando más importancia al dinero. Esta es la principal diferencia entre Occidente y Oriente, típicamente Estados Unidos y China, con las consecuencias que todos estamos viviendo; pero los detalles de eso no los podemos describir y explicar aquí
Ese fenómeno se deriva de la organización de los bancos y empresas, que son controladas por minorías cada vez más pequeñas, menos trabajadoras, más interesadas en el poder y el ocio; más dedicadas a las finanzas que a la economía, en sentido estricto. Thorstein Veblen comenzó a señalar ese problema desde principio del siglo XX y Henry Mintzberg lo destacó a finales, junto con otros.
En síntesis, las autoridades públicas y privadas, dan más importancia a las finanzas que a las empresas en el mundo occidental, aunque defienden la ficción de que los bancos están a servicio de las empresas. Inclusive “enredan” el tema diciendo que los “bancos” son “empresas” y “finanzas” son “economía”
He escrito mucho, describiendo conceptos y dando ejemplos empíricos sobre imprecisiones, malentendidos, falacias y hasta usos de mala fe que ocurren reiteradamente al respecto, sin que a la mayoría de colegas les parezca importar. Por todo eso vuelvo al caso de don Fernando Naranjo, quien estudió economía en la Universidad de Costa Rica y se doctoró en la materia en Estados Unidos.
Pero resulta que siempre ha sido asesor director/copropietario de una conocida organización de consultoría financiera; y recientemente pasó a desempeñarse como autoridad máxima del mayor banco del país. Y concluyo pidiendo otra vez que, desde su posición, ayude a educar al público costarricense sobre esa materia.
¿Cuáles son las ventajas y desventajas de esa situación tan ambigua y contradictoria, desde la perspectiva conceptual, profesional, académica y política?