Con más de mil millones de personas con hambre en el mundo e igual número de obesos, hacerle un culto a la gula en un
Ese es el reto de
El programa vio la luz en diciembre del 2008 y, desde entonces, Richman ha saciado su voraz apetito en decenas de restaurantes icónicos del mapa geográfico de los Estados Unidos.
En cada uno de ellos los dueños de las fondas se esmeran por mostrar las especialidades de la casa, de sus recetas exclusivas, su historia y uno que otro peculiar detalle de la cocina local.
La mayoría de los platillos incluyen en su preparación cantidades casi industriales de fritangas, aderezos, condimentos y todos aquellos ingredientes capaces de ponerle los pelos de punta a un nutricionista. Y, como si eso fuera poco, casi por regla son servidos a los comensales en porciones gigantescas.
¿Cómo hacer digerible un
Richman creció en Nueva York, meca culinaria en donde comenzó su romance con la comida y pudo desarrollar ese deseo innato de probar las más diversas especialidades que se puedan hallar en una ciudad cosmopolita.
Por eso, cuando supo de las audiciones para
Según cuenta Richman, se encontraba comiendo en McDonald’s cuando le avisaron que había obtenido el empleo. “No conozco mucha gente que tenga un trabajo soñado. Tal vez el oficial de control de calidad de la
Desde el punto de vista de la producción,
El
Las comidas están hechas a base de productos de la región e influenciadas por diversos aspectos como la inmigración, la agricultura, la industria y la etnia, lo cual convierte estos sitios y sus manjares en objetos de culto para los pobladores.
“Tienes que adorar un lugar que te haga los sándwiches de la misma manera que los hacía hace 70 años, y Dios mediante, lo sigan haciendo en los próximos 70”, declara Richman.
El protagonista conversa con los lugareños, literalmente se mete a la cocina de los restaurantes elegidos y así, de hartada en hartada, va calentando motores para el gran desafío.
La amena personalidad de Richman y su buen sentido del humor sirven de digestivo para las escenas más grotescas en donde el hombre –literalmente– deberá enfrentarse con la comida, sea esta un panqueque hecho para saciar a Shrek o 30 alitas de pollo picantes que de seguro lo harán sudar la gota gorda fuera de cámaras.
Finalmente Richman hace frente al gran reto, cuya característica principal es que se trata de una competencia preexistente. Esto quiere decir que los enfrentamientos de
Los ganadores, si logran salir vivos del intento, son recompensados con pergaminos, camisetas y una mención en alguna pared del restaurante que sirve para inmortalizar la proeza.
Richman participa en ocasiones en competencia con otros comensales, o bien en desafíos individuales contrarreloj.
Una vez concluido el reto, el
A diferencia de otros participantes en este tipo de competencias –quienes terminan especializándose en un único tipo de comida– Richman es una auténtica máquina trituradora de alimentos con emisiones intermitentes de sonidos cuasi orgásmicos.
Igual puede tratarse de una pizza de cinco kilogramos y 76 centímetros de carne en el
Son precisamente estos excesos los que generan la mayor cantidad de críticas. Charlie Brooker, del periódico inglés The Guardian, no se anda por las ramas para endilgarle al
“Si la comida es el nuevo porno, esto es una completa orgía”, dice Brooker, quien afirma que el
“Verlo en ese estado –argumenta– se asemeja al de un hombre lidiando con un instantáneo e inesperado estado de embarazo.”
El crítico de television Alan Sepinwall tiene una opinión más balanceada: “No es profundo y ciertamente tampoco es saludable. Pude sentir cómo mis arterias se bloqueaban con solo mirarlo, pero es demasiado divertido”.
Para otros,
Adam, sale al paso de las críticas. En una entrevista con Andrew Zimmern, co-creador, anfitrión y productor de las exitosas series del canal
En esa misma entrevista, publicada en el sitio web AndrewZimmern.com, Adam se desmarca de una posible irresponsabilidad por parte del
Richman revela que en lo personal ha lidiado con problemas de peso durante toda su vida y eso siempre está en su mente durante la producción del programa.
Por eso se hace chequeos regulares de colesterol, lípidos y encimas del hígado cuando no está viajando. Durante los días de filmación hace ejercicios dos veces al día y, siempre y cuando no sea los días de reto, come solo lo suficiente para obtener las tomas requeridas en el
Cuando el horario de filmación lo permite, no ingiere alimentos el día previo a las competencias, se mantiene –eso sí– hidratado con mucha agua o club soda y evita el café y las bebidas gaseosas.
Una vez concluida la grabación del programa, Richman normalmente se ejercita durante una hora para aliviar la presión.
Siempre se hospeda en hoteles con gimnasios en donde se entrena a diario y una vez en casa trabaja con una entrenadora personal, además de llevar una dieta balanceada.
Ahora bien, si usted no ha comido y se atreve a sintonizar
Como sea, tenga en mente la advertencia: nunca intente hacer esto en casa (ni en ningún restaurante). El mismo Adam ha espetado, tras ganar un reto: “¡Nunca, nunca, nunca lo intenten. Yo mismo no lo haría nunca más!”.