México, DF (GDA). El llamado síndrome de la nariz blanca (WNS, por sus siglas en inglés), una enfermedad infecciosa, está exterminando la población de al menos siete especies de murciélagos en Norteamérica.
Hasta el momento, la especie más afectada es el pequeño murciélago café (Myotis lucifugus), uno de los más comunes en EE.UU., Canadá y México. Su situación es tan grave que podría desaparecer del noroeste de EE.UU dentro de 20 años.
Tras el fin de la temporada de hibernación de 2010, expertos han detectado murciélagos afectados por el síndrome de la nariz blanca en otros estados de EE.UU (sur de Tennessee y oeste de Oklahoma) así como en el este de Canadá.
Para Winifred F.
Frick, investigador de la Universidad de Boston, se trata de una de las peores crisis que han afectado a animales salvajes en Norteamérica.
El síndrome de la nariz blanca fue detectado por primera vez en Nueva York en el año 2006. Es provocado por un hongo blanco (Geomyces destructans) que crece en la nariz, alas y orejas de los murciélagos mientras hibernan.
La enfermedad hace que se despierten con frecuencia y no les permite descansar durante todo el invierno, provocando que mueran de hambre debido a que utilizan sus reservas de grasa en lugar de alimentarse.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista Science, en el periodo de hibernación mueren, en promedio y cada año, 73% de los murciélagos de cada colonia.
Durante los últimos 30 años, los investigadores analizaron los datos sobre la población de murciélagos de 22 cuevas y otros lugares de hibernación en cinco estados del noreste de EE.UU.
Al combinar esta información con los modelos de población, se logró determinar que, en 20 años, el 99% de la población de murciélago café desaparecería si la enfermedad continúa expandiéndose al ritmo actual.
Asimismo, el estudio señala que otras especies podrían correr la misma suerte. La extinción de los murciélagos podría agravar el funcionamiento del ecosistema, ya que un pequeño murciélago café consume cada noche una cantidad de insectos equivalente a su propio peso, lo que reduce el uso de pesticidas para evitar plagas.
La ciencia aún desconoce muchos aspectos sobre la transmisión de la enfermedad aunque su rápida propagación sugiere que los movimientos de los murciélagos durante las distintas estaciones del año podrían ser un factor importante.
El hongo solo crece en ambientes con temperaturas inferiores a 20ºC, por lo que es poco probable que pueda afectar a los seres humanos. Sin embargo, estos sí pueden transportarlo.