Tunel, Colisionador de Hadrones,
Fue hace 40 años cuando un ser humano planteó la hipótesis de su existencia. Era la última pieza de un complejísimo rompecabezas que trata de explicar por qué el universo es como es. Para encontrarla, hubo que crear la máquina más grande y cara jamás construida. Hoy, es tan popular como poco comprendida. Sí, estamos hablando del bosón de Higgs.
Un grupo internacional de científicos confirmó este año la existencia de este bosón, que explica por qué las partículas elementales (que no se pueden dividir) tienen masa. La revista Science ha coronado este descubrimiento como el más grande en el mundo científico para el año 2012.
“El mayor hallazgo científico del año fue una escogencia inusualmente sencilla y representa tanto un triunfo del intelecto humano como la culminación de décadas de trabajo por parte de muchos miles de físicos e ingenieros”, dijo Bruce Alberts, director de Science.
Este hallazgo se logró mediante el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), cuya construcción costó $10.000 millones y se encuentra bajo tierra en la frontera franco-suiza. Con él, se aceleraron partículas (como protones) hasta casi la velocidad de la luz.
Durante estas colisiones, se recrearon las condiciones en que, según la teoría de la Gran Explosión, nació el universo con sus partículas. Los científicos encontraron “la huella” del bosón de Higgs.
Los bosones son un tipo de partículas subatómicas y se subdividen, a su vez, en varias especies. El bosón de Higgs es importante porque es la manera en que se expresa el campo de Higgs, que existe en todo el universo, de manera similar al campo electromagnético.
Cuando otras partículas interactúan con ese campo, ganan su masa. Usted, el periódico, su celular... todo lo que puede ver y tocar tiene masa. En cambio, las radiaciones, como la luz que nos llega desde el Sol, no tienen masa, aunque están formadas de partículas, en este caso llamadas fotones.
Cada partícula que se mueve en el campo de Higgs se ve afectada de manera distinta por él, algunas se “ralentizan”, otras apenas lo notan y “siguen su camino” normalmente. Las que apenas lo sienten, tienen poca masa; las que se ven muy afectadas, tienen mucha masa.
Más física. Este no fue el único descubrimiento importante en el campo de la Física durante el 2012. En su más reciente edición, Science también destaca las investigaciones con neutrinos.
Científicos chinos reportaron el último parámetro desconocido de un modelo que describe cómo los neutrinos se transforman de un tipo a otro conforme viajan casi a velocidad luz.
Los resultados “sugieren que la física de los neutrinos podría un día ayudar a los investigadores a explicar por qué el universo contiene tanta materia y tan poca antimateria. Si los físicos no pueden identificar nuevas partículas más allá del bosón de Higgs, la física de neutrino podría representar el futuro de la física de partículas”, explicaron en Science.
Siguiendo en el mundo de las partículas, un equipo de físicos y químicos en Holanda entregó la primera evidencia sólida de la existencia de fermiones de Majorana, unas partículas muy extrañas, que actúan como su propia antimateria y se aniquilan a sí mismas. Por 70 años ha habido un debate sobre su existencia; los nuevos experimentos apuntan a que serían cuasipartículas: grupos de electrones interactuantes que se comportan como partículas individuales.
“El descubrimiento ya ha dado lugar a esfuerzos para incorporar a los fermiones de Majorana en la computación cuántica, ya que los científicos piensan que cubits hechos de estas misteriosas partículas podrían ser más eficientes en almacenar y procesar datos que los bits utilizados actualmente”, explicó Science.