15/08/2012 Libro Fransisco Zuiga y el Arte Precolombino. Foto por Camille Zurcher
Follow @pfonsecaqEstamos a finales de la época lluviosa de 1933. El río Tempisque se desborda cerca de Filadelfia, en Guanacaste. Cuando las aguas regresan a su cauce, un paredón del río ha caído y ha dejado al descubierto varias tumbas y objetos indígenas.
Además, en los patios de las casas, el río deja visibles promontorios circulares de tejoletas y piedrecillas, señales de que hay aún más enterramientos aborígenes por la zona.
En una excavación en un patio particular, cercano al río, se encuentran piezas que pasarán a la historia: no solo son valiosos objetos indígenas, sino que serán dibujados con gran maestría por Francisco Paco Zúñiga (1912-1998), uno de los mayores artistas que ha visto nacer Costa Rica.
Zúñiga visitó a diario el Museo Nacional en la década de 1930, interesado cada día más en los diseños, los colores y las formas del arte indígena.
En 1934, por solicitud del profesor Jorge A. Lines, realizó 44 acuarelas, un dibujo en tinta china y seis láminas didácticas que se refieren a este último descubrimiento, conocido como “huaca en Zapandí”.
El tiempo ha pasado y las láminas están ahora en la colección privada de Daniel Yankelewitz B., pero un nuevo libro las ha puesto a disposición de los amantes de la historia y el arte.
El libro Francisco Zúñiga y el arte precolombino (1934-1936) es la obra que les da nueva vida. Como si no bastaran las acuarelas de don Paco, se incluyen además textos del estudioso Luis Ferrero Acosta (1930-2005), que analizan y contextualizan cada obra y hasta corrigen las primeras impresiones académicas que se tuvo de los objetos.
Muchas de las láminas tienen tal grado de perfección que algunos especialistas, al dar una primera mirada, pensaron que estaban ante una fotografía, se explica.
“Así como los artistas vanguardistas introducían en sus obras rasgos formales tomados de otros contextos culturales a través de una lectura estética, el maestro Zúñiga lo hace al estudiar la pintura y la escultura precolombina”, manifiesta Yankelewitz en el libro.
El libro también reproduce fragmentos del manuscrito de Luis Ferrero sobre estas acuarelas de Zúñiga. Así, dos Magones se dan la mano en un mismo conjunto pues mientras Zúñiga obtuvo el máximo galardón costarricense en 1973, Ferrero lo ganó en 1987.
“No esperó Zúñiga que el arte precolombino fuese acogido por el Museo del Louvre para valorizarlo. Supo ir a una de las raíces de la nacionalidad costarricense y sentirlo como expresión creadora y no mudo testimonio arqueológico”, escribió Ferrero.
Además de las obras relacionadas con el hallazgo de la “huaca en Zapandí”, se incluyen 32 láminas adicionales, también sobre piezas indígenas.
El libro ha sido entregado gratuitamente a bibliotecas, universidades, escuelas y colegios, donde podrá ser consultado. Ninguno de sus mil ejemplares estará a la venta, según informaron los encargados de prensa del Banco Improsa, patrocinador del proyecto.