La nueva reparación del puente de la “platina” –en la autopista General Cañas– demorará diez meses, y está previsto que se inicie en enero o febrero del próximo año.
Serán diez meses de trabajos, pero no se asuste, pues en los primeros nueve las obras se realizarán en la subestructura del puente (debajo de la rejilla recubierta con concreto) y, en teoría, no afectarán el tránsito normal por la zona.
En la parte inferior se reforzarán los bastiones y también se colocará una nueva viga central de 160 metros de longitud (el mismo largo de la estructura).
Esto le dará más estabilidad al puente y aumentará su capacidad de soporte, explicó Pedro Castro, ministro de Obras Públicas y Transportes (MOPT).
En el último mes los trabajos se trasladarán a la parte superior del puente, cuando las cuadrillas removerán la rejilla para colocar una nueva losa prefabricada. Estos arreglos costarán $6 millones.
El cronograma de obras dependerá de que la Contraloría autorice una solicitud del Consejo Nacional de Vialidad para agilizar el trámite de contratación de la obra.
Según Castro, en primera instancia solicitaron una ampliación del contrato con Meco, que ya es la responsable del mantenimiento vial de la General Cañas.
Si la solicitud es rechazada, el Conavi también pidió que se les permita realizar un procedimiento abreviado (invitando a cuatro constructoras) para apurar la adjudicación de las reparaciones.
“Si nos vamos por licitación pública, tardamos un año”, justificó el ministro.
Revisión internacional. Aunque ya es un hecho que el MOPT apuesta por una nueva losa prefabricada para resolver definitivamente los problemas de la “platina”, no está de más que un experto internacional valide los trabajos.
Por eso, Pedro Castro ya está coordinando la llegada de Lee Marsh, un ingeniero especialista en puentes, de la Universidad de Washington, Estados Unidos.
Según explicó el ministro, el especialista vendrá al país a inspeccionar el puente y revisar la propuesta de solución.
Se prevé que llegue a Costa Rica en diciembre, y el precio de sus servicios aún no está definido.
Castro aseguró que se tratará de un monto “simbólico”, pues es una colaboración de la Universidad. Agregó que espera cubrir los costos con una donación o, si no hay otra alternativa, pagarla de su propio bolsillo.
Esta es la segunda intervención profunda que sufre el puente en dos años. La primera, que costó $4 millones e incluyó la nueva rejilla, empezó a deteriorarse con solo diez días de uso.
El nuevo jerarca de Transportes lamentó que se haya invertido tanto dinero en dos años ($10 millones), cuando construir un puente paralelo cuesta $15 millones.