Adicciones: en caída libre

Los programas con formato de realidad (reality show) han experimentado una evolución interesante. Algunos hasta le hacen honor a su nombre y logran traspasar el espacio televisivo para influir en la realidad que representan.

Ese es el caso de Intervention, la nueva serie que, con bombos y platillos, A & E estrena este próximo martes. Como su nombre lo indica, el espacio sigue paso a paso el proceso de intervención a que son sometidas personas que sufren de distintas adicciones. Los pacientes son víctimas de un alto grado de dependencia a las drogas, el alcohol u otras sustancias psicotrópicas, o bien presentan comportamientos compulsivos que los tiene al borde de la autodestrucción.

La serie es un espejo de una sociedad plagada de personas afectadas por traumas emocionales y crisis personales que los empuja a la dependencia de sustancias y a una eventual separación de sus familias, amigos y seres queridos. El abordaje del tema realizado por Intervention ha generado tal interés que el programa ya va por su octava temporada en los Estados Unidos, país en donde el número y variedad de adicciones crecen como la espuma.

A pesar del riego que implica invadir con cámaras el mundo íntimo del adicto y su entorno familiar, la calidad de producción de Intervention es más reconocida que criticada. El año pasado el show obtuvo su máxima distinción al ganar un premio Emmy al mejor programa de realidad.

Del problema a la acción

En cada episodio se presentan dos casos de intervenciones sorpresa, preparadas por la familia y amigos de los adictos y realizada por alguno de los cuatro especialistas del show: Jeff VanVonderen, Candy Finningan, Ken Seeley y Tara Fields.

A diferencia de cualquier programa de ficción, los personajes de Intervention son gente real con un problema de grandes dimensiones.

Puede ser una brillante estudiante con habilidades especiales para los deportes y la música, que ve cómo su problema de adicción a la heroína y anfetaminas amenaza con destruir un futuro promisorio. O el alcoholismo de un instructor de manejo que acaba en las calles, entre desesperación y la soledad, con el hígado destrozado y una terrible dependencia a la heroína.

El dramatismo de Intervention parece no tener límite, como tampoco lo tiene la capacidad del ser humano de hacerse daño por medio de todo tipo de adicciones que van desde la dependencia a las drogas, pasando por conductas compulsivas, como al obsesión a las cirugías plásticas, bulimia y anorexia severa, adicción a las compras, masturbación, automutilación y muchos otros casos más presentados con crudeza en el programa.

Esta producción de Robert Sharenow y Colleen Conway, es, a no dudarlo, una de las más impactantes de la televisión actual, pues logra que el espectador conozca las historias de vida de gente común y corriente quienes, producto de malas decisiones y empujados muchas veces por situaciones adversas, se ven enfrentados, cara a cara, con sus más temidos demonios. Es en este encuentro con la realidad que se llega al camino hacia una posible, aunque siempre difícil, redención.

Según sus productores, la serie busca crear conciencia sobre las alternativas y opciones de tratamiento disponibles para aquellos que sufren de adicciones y, de paso, brinda esperanza a las familias.

Típicamente, los adictos que aparecen en el show reciben esa posibilidad de levantarse por medio de un tratamiento de rehabilitación durante tres meses.

Es en este punto en donde se traspasan los límites de la representación de la realidad y se trasciende en procura de una solución. Con ese propósito Intervention trabaja con centros de tratamiento y recuperación a lo largo y ancho de los EE.UU. y Canadá.

En cada episodio un terapista con licencia recomienda los tratamientos y los lugares que considera adecuados, según el caso.

Todo o nada

La intervención, actividad de donde se deriva el título del show, es, según Jeff VanVonderen, uno de los intervencionistas del programa, un evento deliberado y bien concebido por medio del cual la gente expresa su preocupación ante la persona que sufre la adicción. “Con la ayuda experta de un intervencionista, la experiencia crea la oportunidad de interrumpir patrones de vida destructivos o de sobrellevar constructivamente una situación de crisis.”

La oferta del tratamiento por parte de la familia es tan sorpresiva para el adicto como su respuesta ante ella. Es posible que este acepte la ayuda que se le ofrece, o la rechace. Algunos de los que aceptan dejan el tratamiento debido a conductas violentas o simplemente porque deciden no continuar, y también se dan los casos en que el paciente muere. Los resultados son impredecibles, tal y como sucede en la vida real, aunque se estima que un alto porcentaje de quienes completan la ayuda, logran una recuperación satisfactoria.

Los familiares y amistades del adicto son también víctimas de su conducta y a menudo reciben el consejo de los interventores para que puedan seguir con sus vidas.

Como se ve, se trata de un programa serio, tanto en su formato como por su contenido. Sin embargo, para cierto tipo de audiencia el show puede parecer chocante y deprimente, razón por la cual la producción hace las advertencias del caso al inicio de cada episodio.