Más interés, más recursos, más imaginación y más información.
Estos son algunos ingredientes que a juicio de Milton Villarreal, vicerrector del ITCR, hacen falta para poner la investigación en el lugar que le corresponde como instrumento esencial del desarrollo.
Este doctor en Nutrición Animal llega con 52 años a la Vicerrectoría de Investigación y Extensión del Instituto Tecnológico de Costa Rica (ITCR), una de las universidades estatales llamadas a influir en el campo de la investigación y transferencia de tecnología.
Aparte de su doctorado de la Universidad Estatal de Kansas, Estados Unidos, tiene una maestría en Producción animal tropical y una licenciatura en Zootecnia.
A nivel nacional, lo que lógicamente nos incluye, es que necesitamos crecer más en lo cualitativo y cuantitativo. Por ejemplo, la investigación agrícola se ha mantenido estática e incluso puede haber disminuido, pese a ser esta actividad una de las fortalezas económicas históricas de Costa Rica.
Hay un camino por recorrer, especialmente en el tema de la planificación de la investigación científica y tecnológica, y en la vinculación efectiva de los actores y productos con los sectores externos, de tal manera que el círculo de la generación de conocimientos, desarrollo tecnológico, transferencia y adaptación, pueda cerrarse.
Ese esfuerzo económico y académico se reflejaría en procesos de innovación y mejoramiento de la calidad de vida del costarricense.
Las universidades deben emprender una cruzada de información a la sociedad, mostrar sin reservas los productos, logros y avances que se obtienen en diferentes áreas, y también los fracasos.
El factor común de aquellos países que antes eran iguales o peores que Costa Rica en desarrollo, y que hoy muestran índices sorprendentes de desarrollo, es actitud. Esa actitud es la que debemos imitar; si ellos pudieron, nosotros también. Y si no podemos, ya encontramos una respuesta: nuestro problema es mental, de actitud cultural.
Si verdaderamente creemos en este concepto como eje del desarrollo del país, entonces debemos tomar las decisiones que ello implique. En la práctica, son temas de poco interés político que es indispensable abordar.
La creación de los colegios científicos es digna de alabar, pero no es suficiente. Nos falta estrategia, imaginación, creatividad, para incentivar a niños y jóvenes en las ciencias, en la investigación, una tarea que compete a todos, desde el hogar hasta el sistema educativo.