(10/03/2010 Los piratas de varios partes del pais trataron de llegar a la casa presidencial pero la policia no los dejó llegar, por la mañana bloqueron las rotonda de la gallito y la de zapote policia toma control de la carretera /alonso tenorio Manifestaciones, Protestas, Unidad antimotines, Portada A, Portadas (Alonso Tenorio)
Cientos de taxistas informales –más conocidos como porteadores– se lanzaron a las calles el 10 de marzo en una primera manifestación de fuerza para frenar la intención del Gobierno de eliminar el porteo de personas.
Ese miércoles, sitios como la radial Zapote (Pipiolo – clínica Carlos Durán) y la ruta 39 de Circunvalación, cerca de la Casa Presidencial, fueron tomados por cientos de transportistas enojados con la intención del gobierno y dispuestos a demostrarlo con acciones.
Choferes inocentes tuvieron que pagar el precio de hasta dos horas o más atascados en las presas que se formaron en la autopista General Cañas (desde Alajuela) y en vías hacia Heredia, Cañas, Liberia, Pérez Zeledón, Cartago y Turrialba.
La trifulca del 10 de marzo terminó con cinco porteadores detenidos y tres policías heridos. Dos oficiales de tránsito resultaron entre las víctimas de los encontronazos callejeros.
De marzo a mayo, las amenazas de bloqueos se repitieron con gran frecuencia.
El pulso llegó a tal punto que los porteadores advirtieron que se unirían a otros grupos para boicotear el traspaso de poderes del 8 de mayo, actividad programada para realizarse en el Parque Metropolitano La Sabana.
Sin embargo, pudo más la negociación y los acuerdos, que finalmente impidieron a este grupo convertir en realidad sus intimidantes palabras.
Pocos días antes de la toma de posesión de la nueva Presidenta, representantes del gobierno y de la Cámara Nacional de Porteadores acordaron impulsar un proyecto de ley en la Asamblea Legislativa para regular y no eliminar la actividad.
El acuerdo contemplaba mantener un diálogo constante entre los porteadores y el nuevo ministro de Obras Públicas y Transportes, Francisco Jiménez. Como actores de la negociación estaban la jefa de fracción de Liberación Nacional, Viviana Martín, y el nuevo ministro de la Presidencia, Marco Vargas.
Aunque el acuerdo logró frenar, temporalmente, las protestas callejeras, estas retornaron pocos meses después, como resultado de un nuevo estira y encoge. Entre los escenarios del debate estuvieron las calles, el plenario legislativo e incluso la Sala Constitucional.
Hasta la fecha, los diputados no se han puesto de acuerdo. En Cuesta de Moras, se manejan dos proyectos paralelos: el que busca eliminar el porteo del Código de Comercio, y otro para crear una figura de transporte privado.
La falta de un acuerdo definitivo podría volver a revivir la imagen de ese 10 de marzo, cuando las calles fueron tomadas por gases lacrimógenos y piedras.