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Hágase la luz

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¿Quién habría pensado que la institución más emblemática se fuera a convertir en la más angustiante preocupación? Y, sin embargo, lo increible ocurrió. La encuesta de Unimer nos dice lo impensable. Por encima del temor a la inseguridad y al narcotráfico, aflige todavía más la inminencia de una catástrofe en la Caja. Esa noticia, que en otras circunstancias valoraría el eficiente combate contra la delincuencia, apunta a un hecho notable: por primera vez en mis recuerdos, una institución y no un estado de situación personal, se convierte en la primer causa de congoja social.








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