La mandataria, Laura Chinchilla, relativizó ayer la eventual denuncia por “agresiones” que prepara la diputada libertaria Damaris Quintana contra su colega del partido de gobierno, Víctor Hugo Víquez.
Durante la celebración del Día Internacional de la Mujer, ayer en el Estadio Nacional, la presidenta confesó que su agenda no le había permitido informarse sobre el caso divulgado ayer, acto que calificó de distracción.
“De verdad que no he tenido mucho tiempo de distraer mi ocupadísima agenda con ese tipo de situaciones que se dan en nuestro Congreso”, expresó la mandataria ante consultas de la prensa.
De inmediato minimizó el altercado entre los legisladores, el cual incluso está registrado en los vídeos oficiales del Congreso.
“Me parece que no merece la pena ni siquiera opinar al respecto”, expresó, contundente, Chinchilla.
Ayer
Incluso, ante la inminencia de la publicación, ayer 17 diputados de la fracción verdiblanca enviaron a este medio una carta de respaldo a su compañero Víquez, en la cual lo retratan como una persona “respetuosa, con sensibilidad de género, colaborador y atento a las necesidades de la labor parlamentaria”.
Víquez negó en todo momento ser un agresor y adujo que solo se ha defendido y que más bien se ha portado “muy caballeroso, muy tranquilo”.
El liberacionista es miembro de la comisión que investiga las finanzas de campaña del Movimiento Libertario y fue quien, ante las dudas emitidas por un testigo, propuso llamar a comparecer a Quintana.
Por ese motivo, el legislador atribuye la molestia de su colega libertaria a una posible venganza política y dijo que la posible acción judicial es para “tratar” de callarlo.
Quintana, por su parte, pidió el jueves al presidente del Congreso, Juan Carlos Mendoza, interceder para que Víquez no se le acerque ni la provoque. “Yo ya estoy cansada de que siempre esté provocándome”, dijo.