La presidenta Laura Chinchilla y el expresidente de Colombia Álvaro Uribe respaldaron ayer las advertencias dadas por el fiscal general, Jorge Chavarría, sobre el riesgo de que el narcotráfico penetre las municipalidades en las zonas alejadas de la capital.
“Esa es una advertencia procedente: la infiltración de las organizaciones criminales siempre se da de abajo hacia arriba”, afirmó Chinchilla.
Uribe ejemplificó con la experiencia de su país: “Cuando yo tomé mi mandato (en el 2002), de 1.102 alcaldes había 400 que no podían desempeñar sus funciones por amenazas del narcoterrorismo. Los criminales sometían a los políticos y se robaban los presupuestos descentralizados”.
El fiscal general, Jorge Chavarría, dijo a La Nación que hay una especial atención sobre las municipalidades costeras y fronterizas para intentar evitar que caigan en manos del narcotráfico.
La mandataria comentó que el señalamiento de Chavarría coincide con la intención de reforzar la presencia en la frontera norte.
“Donde no hay Estado, las funciones las asume el narcotráfico. Ellos cobran impuestos, ellos dan la protección. El tema es que ellos no nos ganen ese territorio”, señaló Chinchilla tras admitir que buena parte del Caribe norte ha estado por años en el olvido hasta que surgió el reciente conflicto con Nicaragua.