¿Quién dijo que los automóviles que funcionan con electricidad tienen que ser lentos o de diseño aburrido?
Un grupo de jóvenes ingenieros británicos seleccionó lo más actual de la tecnología para crear un automóvil eléctrico con diseño de Fórmula Uno, que alcanza hasta 200 km/h y cuenta con un autonomía que sobrepasa los 400 km, lo cual rompe por completo los parámetros habituales de este tipo de carro.
Para llevar este mensaje de innovación y creatividad, este grupo de profesionales del Imperial College de Londres transita con su creación por todo el continente americano.
Al norte del hemisferio occidental, en Alaska, comenzaron su periplo el 1.º de julio. El viernes anterior llegaron a la frontera en Peñas Blancas y ayer presentaron su automóvil en San José. Este mismo martes esperan cruzar la frontera con Panamá. Llegaría al sur de Argentina en octubre.
“Queremos cambiar la percepción de que los automóviles eléctricos son lentos o aburridos. Queremos demostrar que existe tecnología muy reciente, al acceso de muchos ingenieros, que puede utilizarse para crear modelos comerciales con mucha autonomía y que se muevan a altas velocidades”, dijo Alexander Schey, director del proyecto británico.
Aunque el automóvil se ha desempeñado bastante bien durante los kilómetros ya recorridos, el área centroamericana les ha traído como reto especial los baches en la carretera y la gran cantidad de lluvia que ha caído en los últimos días, según explicó Toby Schulz, otro de los ingenieros y piloto.
Entre esa tecnología destaca el controlador CompactRio, de National Instruments, el cual se encarga de medir y visualizar el consumo de energía, así como de automatizar su utilización de forma más eficiente. “La ciencia de este automóvil no es que sea eléctrico, es que sabe utilizar muy bien la energía con que cuenta analizando la inclinación del terreno, la temperatura, la distancia que aún falta por recorrer, el frenado...”, dijo Juan Carlos Marín, de la Compañía Capris, distribuidora de National Instruments aquí.
También cuenta con baterías de fosfato litio-hierro y un sistema que aprovecha el frenado para recargar las baterías. Estas dos características también son comunes en otros modelos de autos eléctricos de distintas marcas.