Al amanecer, los astronautas Tracy Caldwell Dyson y Douglas Wheelock salieron del laboratorio espacial para reparar un importante sistema de ventilación.
Su misión era reemplazar una bomba de anticongelante de amoníaco que estaba rota, un trabajo tan complicado que hizo necesaria la presencia de los dos científicos.
Ayer mismo se realizó la primera parte de la reparación.
El astronauta afirmó que todas las conexiones se veían bien en la bomba y que no había indicios de que hubiera sido golpeada por meteoritos u otros escombros.
La bomba de amoníaco debió clausurarse el fin de semana pasado, lo que paralizó la mitad del sistema de ventilación de la estación.
La bomba debe llevar anticongelante en la parte derecha del complejo para evitar el recalentamiento de los equipos.
Para sobrepasar la operación, los seis integrantes de la tripulación debieron apagar todo lo que no necesitaran y suspender sus experimentos científicos.
La semana pasada, ingenieros de la NASA trabajaron sin parar para diseñar un plan de reparación de emergencia. Además, los astronautas en Houston ensayaron cada paso de la caminata espacial sumergidos en la piscina de entrenamiento de la NASA.
La agencia aeronáutica confirmó que el incidente fue grave, pero que no puso en peligro a la tripulación. Incidentes adicionales podrían dejar la estación en una situación precaria; por esto, la NASA quería resolver el percance con la mayor rapidez posible.
La caminata espacial de ayer fue la primera hecha por astronautas estadounidenses sin la presencia de un transbordador, desde el 2008.
La tripulación incluye tres estadounidenses y tres rusos. Caldwell Dyson está a bordo desde abril y Wheelock desde junio.
La agencia espacial ha programado una segunda caminata espacial el miércoles para conectar las tuberías de fluido del amoníaco a la bomba nueva.