Un incremento en las patentes –ahora llamadas licencias– para vender licores podría llevar a un cierre masivo de pulperías y minisúper, advirtió la Cámara Nacional de Comerciantes Detallistas.
El alza se da con la nueva Ley de Regulación y Comercialización de Bebidas con Contenido Alcohólico, vigente desde agosto del 2012.
La ley autorizó a las municipalidades a cobrar las licencias de acuerdo con el salario mínimo. Así, quien va a pagar menos deberá apartar la suma de ¢360.000 trimestrales, dijo Ana Teresa Vásquez, directora ejecutiva de la Cámara.
Agregó que los negocios de abarrotes venden licor como gancho para otros productos. Por eso, en los tres meses la mayoría tiene ventas brutas menores a ese monto.
La ley dejó a discreción de cada municipalidad la reglamentación. Por eso, hasta ahora se comienza a hacer los cobros con la nueva ley, pero retroactivos a agosto. Algunos pequeños negocios tendrán que pagar sumas superiores a ¢1 millón y no tienen recursos para hacerlo, según la representante del gremio.
La Cámara calcula que 7.000 pequeños y medianos comercios están en peligro ante esta situación.
La ministra de Economía, Industria y Comercio, Mayi Antillón, dijo que en este caso el Gobierno acompaña a detallistas, hoteleros y dueños de restaurantes en sus gestiones ante los diputados.