El almuerzo ofrecido por la presidenta, Laura Chinchilla, se llevó a cabo entre ausencias, retrasos y una buena calificación para la comida en la Antigua Aduana.
Según el programa oficial del traspaso de poderes, la cita estaba pactaba para dar inicio a la 1 p. m.; sin embargo, empezó 50 minutos más tarde.
Además, los organizadores indicaron que varias delegaciones llevaron más personas de las previstas, algo que causó desorden en la actividad y molestia entre varios de los asistentes.
Al almuerzo asistieron 170 personas de las 250 confirmadas; a pesar de ello, faltaron sillas precisamente porque acudieron personas no invitadas por la organización.
“La ausencia de las misiones especiales de Corea, Panamá, El Salvador, Nicaragua y México causó algunos trastornos en el protocolo que estableció la comisión de traspaso de poderes”, afirmó Javier Sancho, director de protocolo de la Cancillería.
Estas delegaciones se ausentaron del almuerzo ya que salieron ayer mismo del país, pero, según explicó Sancho, la comisión de traspaso de poderes no tenía prevista su ausencia en la actividad.
Chinchilla se presentó al lugar a la 1:18 p. m. acompañada de su esposo, José María Rico, y de su hijo, del mismo nombre.
La mandataria fue recibida entre ovaciones y aplausos por un grupo de personas que aguardaba en la entrada del lugar.
“Me siento muy satisfecha; el traspaso fue un acto hermoso y pusimos en evidencia lo mejor de los valores de Costa Rica”, dijo Chinchilla en su único acercamiento con la prensa en la actividad.
El príncipe de Asturias, Felipe de Borbón, secundó a la mandataria 30 minutos después, y también fue recibido con aplausos.
Mientras tanto, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, llegó al sitio solo a saludar a Chinchilla y se retiró poco tiempo después sin probar la comida y con la felicitación dirigida hacia la presidenta.
“Doña Laura puede contar con Ecuador y estoy casi seguro que hablo en nombre de toda Suramérica”, expresó Correa.
“Costa Rica es una gran hermana”, gritó el presidente colombiano, Álvaro Uribe, cuando se presentó en el lugar del almuerzo a las 2:20 p. m. Uribe fue el último invitado en llegar.
A su salida, el mandatario colombiano expresó que tiene una “gran” amistad con Chinchilla y que entre ambos existe un ambiente “de mutua confianza”.
“El almuerzo estuvo hermoso y delicioso y, además, no conocía una mesa tan grande”, confesó Uribe en su despedida.
“Estuve cerca de personas de Austria y de África y eso permitió crear vínculos con otros invitados. Además, la comida estaba muy rica”, manifestó Manuel Obregón, ministro de Cultura.
El científico Franklin Chang se mostró satisfecho con el menú, así como el presidente del Congreso, Luis Gerardo Villanueva, quien recalcó el sabor del plato fuerte.
La actividad finalizó a las 4 p. m. con varias reuniones bilaterales que sostuvo Chinchilla.