Al haber sido declarado como patrimonio histórico arquitectónico de Costa Rica, el Castillo Azul entra ahora en un régimen de protección especial.
Según lo establece la Ley N.º 7.555 de Patrimonio Histórico Arquitectónico, la declaratoria implica una serie de obligaciones para los propietarios del inmueble, en este caso, la Asamblea Legislativa.
Entre esas responsabilidades está “conservar, preservar y mantener adecuadamente los bienes”, así como “informar sobre su estado y utilización al Ministerio de Cultura y Juventud, cuando este lo requiera”.
La Asamblea Legislativa, al ser una entidad pública, debe “incluir en el presupuesto ordinario anual, las partidas necesarias para cumplir con las obligaciones prescritas en esta ley”. Asimismo, el régimen de protección patrimonial obliga al Poder Ejecutivo y a la municipalidad respectiva, en este caso la de San José, a “impedir el derribo total o parcial de una edificación protegida”.
Debido a que todos los edificios patrimoniales requieren de mantenimiento, sí está permitido realizar trabajos, pero es necesario contar con la autorización del Ministerio de Cultura, antes de “reparar, construir, restaurar, rehabilitar o ejecutar cualquier otra clase de obras que afecten las edificaciones o su aspecto”, según la ley.
Los expertos del Centro son los responsables del asesoramiento en este tema.
Mejoras. En el 2012, el Castillo fue sometido a varias intervenciones para resaltar su belleza victoriana, pero también para garantizar seguridad y accesibilidad a los usuarios.
Según explicó el arquitecto Édgar Martín, jefe de la Unidad de Mantenimiento de la Asamblea Legislativa, se invirtieron cerca de ¢260 millones para efectuar los trabajos.
“Al edificio se le hizo un reforzamiento estructural, con el fin de evitar un colapso ante sismos de gran magnitud”, declaró Martín, al explicar que se recuperaron varios espacios que habían sido cerrados o se usaban como oficinas, por ejemplo, corredores externos y un balcón en la fachada sur.
“El edificio también se adaptó para cumplir con los requerimientos de la Ley 7.600. Se construyó una rampa y se instaló un elevador de manera muy discreta, para no alterar su diseño”, agregó el arquitecto.
Además, se renovó el sistema electromecánico (iluminación y alarmas, entre otros).
Aunque es un edificio centenario, el Castillo Azul conserva muchos rasgos originales en su estructura, ornamentación, pisos, puertas y ventanas.